56ª Campaña Nacional de Vacunación Antipoliomielítica.

Chaco,  “El Mono”, el mayor de los siete hijos de Colo, a veces se semi-incorporaba para subir a las matas de coco, mango, anoncillos u otros frutales… pero siempre dependía de sus fibrosos brazos para arrastrar o suspender sus extremidades inferiores —flacas y rígidas—, cuando seguía a sus hermanos y amigos en las travesuras campestres.

Nunca pregunté qué le había pasado y hasta supe después que un espiritista llegado al pueblo lo “hipnotizó” para que caminara derechito, y de pronto cayó al suelo para seguir por siempre siendo Chaco, “El Mono”.

Yo no alcancé ni caramelos, ni helados, y mucho menos las goticas inocuas vía oral con las cuales Chaco hubiera sido un niño normal, porque al triunfo de la Revolución, en enero de 1959, ya era adolescente. Mis hijas y nietos sí fueron inmunizados contra la cruel enfermedad infecciosa aguda causada por uno de los tres tipos de virus gastrointestinales: poliovirus tipo 1, 2 y 3. El poliovirus puede atacar el sistema nervioso y destruir las células encargadas del control de los músculos.

Aunque la realidad era pesadilla entonces, ni soñar en mi niñez con aquella medicina milagrosa, si los niños y familias enteras morían de hambruna y de  enfermedades simples curables.

En la actual 56ª Campaña Nacional de Vacunación Antipoliomielítica se inmunizará a casi medio millón de cubanitos y cubanitas, y se reactivará la vacuna a 108 110 niños de 9 años de edad, una realidad de la Salud en Cuba desde 1962, cuando Estados Unidos impuso el genocida bloqueo que mantiene asediada la economía de la Isla , con prohibiciones incluso de venta de medicamentos y alimentos.

 Pese a los esfuerzos y cuantiosos gastos de las organizaciones mundiales para erradicar la poliomielitis, la infección contagiosa persiste en numerosos países, fundamentalmente del África, naciones “pobres“ con valiosas riquezas naturales explotadas por trasnacionales extranjeras, y escasez de gobiernos con voluntad política para frenarla o erradicarla.

Según documentos de archivo, historias clínicas e información estadística disponible de morbilidad y mortalidad por poliomielitis, antes de 1959 y entre 1959 y 2000, provenientes de la Dirección Nacional de Estadística del Ministerio de Salud Pública, la enfermedad se detectó en Cuba a finales del siglo XIX en una comunidad de estadounidenses en Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud) y la primera epidemia sucedió en la otrora provincia de Las Villas en 1909. A partir de 1934 aparecieron sus estragos cada cuatro o cinco años, acompañadas de muertes y secuelas de invalidez, principalmente entre los pequeños.

La primera vacunación masiva contra ese flagelo se ejecutó en todo el país en el año 1962, con la aplicación gratuita de cinco millones de dosis de la vacuna Sabin en niños de un mes de nacido hasta los 14 años de edad, cuando en el mundo ni siquiera se podía soñar con los Derechos Humanos.