Niños de Chernobil

La Habana.- Más de 26 mil pacientes, en su mayoría niños procedentes de Ucrania, Rusia y Bielorrusia, recibieron tratamiento durante 21 años en Cuba luego del accidente en la planta nuclear de Chernobil en 1986.

La revista Nucleus, de la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada (AENTA) publicó en su más reciente edición un resumen de los principales resultados del programa de atención médica integral, masivo y gratuito a solicitud de organizaciones sociales de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Un extenso artículo de directivos del Hospital Pediátrico de Tarará y del Centro de Protección de Higiene de las Radiaciones (CPHR), que asimilaron a los menores y también a mayores con otras patologías, evocó el hecho de que el primer paso consistió en su clasificación desde 1990 a 2011.

Poco después predominó la organización de los servicios médicos en el nivel primario en las propias viviendas de Tarará, el secundario en esa misma instalación del municipio capitalino de Habana del Este, al igual que en hospitales clínico quirúrgicos de la capital.

Por último, el terciario lo ofrecieron en institutos y centros especializados, y en todos los casos el programa de asistencia médica incluyó la confección de la historia clínica y dispensarización, exámenes de laboratorio, estudios imagenológicos y especializados.

Contemplaron también interconsultas, tratamiento integral y rehabilitación, atención estomatológica, mediciones dosimétricas y estimación de impacto radiológico, así como vigilancia higiénico-sanitaria.

Según sus estadísticas, el 86 por ciento de los aquejados eran de Ucrania, el 11,2 por ciento de Rusia y el 2,8 por ciento de Bielorrusia, Armenia y Moldavia, aunque el mayor número de arribos ocurrió en 1991, cuando llegaron mil 415.

La especialidad más demandada recayó en la endocrinología, seguida de gastroenterología y dermatología y la mayoría de los afectados padeció de más de una enfermedad crónica.

Aunque el programa había sido creado para la atención a niños impactados por el citado accidente nuclear, también se dio cobertura a adultos que viajaron en calidad de acompañantes, muchos de los cuales tenían padecimientos constantes.

Para estimar las dosis de radiación y sus repercusiones sobre la salud, expertos del CPHR desarrollaron investigaciones desde 1990, cuyas conclusiones publicó el Organismo Internacional de Energía Atómica, con sede en Viena, Austria. (ACN)