Antibióticos

Roma, 13 nov (PL) A partir de hoy se celebra en todo el mundo la Semana de Concientización sobre los Antibióticos, para llamar la atención sobre los riesgos del uso indebido y descontrolado de fármacos antimicrobianos.

'Pida asesoramiento a un profesional sanitario calificado antes de tomar antibióticos' es el lema de la campaña liderada por las Organización Mundial de la Salud (OMS), la de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la de Sanidad Animal (OIE).

Se trata de hacer entender que la resistencia a los antibióticos constituye hoy una de las mayores amenazas para la salud humana y animal y uno de los retos más complejos para la seguridad alimentaria y el desarrollo.

Muchos avances terapéuticos, tanto de uso humano como veterinario, pueden perderse por la resistencia a los antimicrobianos y con ella, enfermedades infecciosas hasta ahora tratadas con esos fármacos serían incontrolables y virulentas.

El llamado de alerta lo hizo la OMS cuando observó el crecimiento de gérmenes resistentes a los antimicrobianos (RAM) en todo el mundo y advirtió que 'muchas infecciones comunes dejarán de tener cura y podrán volver a matar'.

La inefectividad de antimicrobianos -indicó- es un fenómeno natural, pero el uso indebido y descontrolado acelera el proceso y cada vez son más las infecciones, como neumonía, tuberculosis y gonorrea, cuyo tratamiento se vuelve más difícil por la pérdida de eficacia de esos medicamentos.

Además, el costo económico y humano que acarrea es elevado pues una respuesta demorada a un tratamiento prolonga las estancias hospitalarias, incrementa los gastos médicos y en el peor de los casos aumenta la mortalidad.

Ante ese fenómeno, en la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2016, los Jefes de Estado o de gobierno se comprometieron a abordar de forma amplia y coordinada las causas profundas de la RAM en diferentes sectores.

En la reunión de alto nivel de la ONU trascendió que la RAM es una amenaza sin precedentes para la salud pública la cual, de no controlarse, podría revertir un siglo de progreso en la medicina moderna y provocar la muerte de millones de personas en todo el mundo.

En respuesta al objetivo de la estrategia global planteada por la OMS nace la campaña 'Antibióticos: manéjalos con cuidado', presentada en ocasión de la primera semana dedicada a este tema.

Cada año, la FAO, la OMS y la OIE aúnan esfuerzos y conocimientos en la alianza sobre 'Una sola salud', pactada en 2010, para la distribución de responsabilidades y la coordinación de acciones globales, con vistas a evaluar y enfrentar los riesgos sanitarios a los que están expuestos los seres humanos, los animales y el medioambiente.

A través de eventos, conferencias, talleres en centros de trabajo, escuelas y universidades se busca promover las mejores prácticas que impidan la aparición y propagación de microbios resistentes a los antibióticos, que para 2050, -vaticinan los expertos- pudiera cobrar la vida de hasta 10 millones de personas.

Para Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, la resistencia a los antibióticos es una crisis mundial y subrayó la necesidad de desarrollar acciones coordinadas y fuertes, para evitar al retorno a épocas en que las personas temían a infecciones comunes y arriesgaban sus vidas por una cirugía menor.

En tanto, José Graziano da Silva, director general de la FAO, es del criterio que los medicamentos veterinarios antimicrobianos son una herramienta crucial para la salud humana, el bienestar animal y la producción segura de alimentos, pero de ninguna manera es la única opción.

Por su parte la directora general de la OIE, Monique Eloit, coincide en que la medicina veterinaria progresó enormemente gracias a los antibióticos, por lo que preservar su eficacia y disponibilidad, mediante su uso responsable, y buenas prácticas de conservación y cría es esencial para la salud y el bienestar animal.

En opinión de expertos, sin antibióticos diversos tratamientos serían imposibles y las muertes por infección en los países desarrollados podrían retornar a niveles de principios del siglo XX, con perjuicios mayores en las naciones en desarrollo, en particular para las personas más vulnerables y económicamente desfavorecidas.