La batalla contra el tabaquismo no debe cesar

La calidad del tabaco cubano se reconoce en el mundo entero, quizás por ello en la Isla son muchas las personas que fuman, y las que no lo hacen generalmente se ven afectadas por la presencia del fumador y su dañino proceder.

Sin embargo, es preciso ponerse a pensar en los riesgos que se corren al exponerse al humo del tabaco. La combustión del cigarro genera dos flujos de humo: el interno y el colateral.

Todos los compuestos concentrados en el flujo principal, inhalado por el fumador activo, también se encuentran en el flujo colateral y contaminan el aire.

A diferencia del primero, el segundo aporta al medio ambiente mayor concentración de sustancias tóxicas y cancerígenas, pues no se somete al filtro que constituyen los pulmones del fumador.

Peligrosos y adictivos componentes

La batalla contra el tabaquismo no debe cesar

El monóxido de carbono es considerado un contaminante ambiental sumamente nocivo, pues ese gas tóxico se combina con la hemoglobina de la sangre, dificultando el transporte del oxígeno hacia los tejidos.

Debido a que el humo de un cigarro contiene de 2 a 6 por ciento de monóxido de carbono, los fumadores tienen una concentración elevada de Carboxi-Hemoglobina en sangre.

También la nicotina es un alcaloide muy tóxico, cuya acción sobre los receptores cerebrales determina la dependencia tabáquica y el síndrome de privación al faltar ésta. Pero quienes fuman no sólo deterioran su salud, sino que afectan la de otras personas al exponerlos al dañino humo.

Un fumador pasivo expuesto durante una hora a la atmósfera contaminada tiene un riesgo similar a si hubiera fumado 2 o 3 cigarrillos.

Cumplir y hacer cumplir lo establecido

La batalla contra el tabaquismo no debe cesar

A pesar de las disposiciones que existen, en la cotidianeidad las medidas para mantener la atmósfera libre de humo de tabaco no siempre se cumplen, bien sea por falta de exigencia de las autoridades, por indisciplina o por tolerancia social.

Dependiendo de su relación con el tabaco, cada individuo debe ubicarse en un marco de respeto y armonía.

El fumador tiene la opción de dejar el hábito  y la obligación de abstenerse de fumar en el ambiente de las demás personas.

Hoy se impone que las estrategias de prevención induzcan a un cambio fundamental de los modelos de la sociedad, donde el acto de no fumar se convierta en una conducta a imitar.