Avanzan investigaciones sobre restos humanos hallados recientemente en Playa Girón

Matanzas. - Interesantes conjeturas se suscitan durante la investigación documental para propiciar el contexto histórico de los restos óseos detectados el 23 de agosto en las inmediaciones de la villa Playa Girón, en la ciénaga de Zapata, sitio de la invasión mercenaria aupada por la agencia Central de Inteligencia en abril de 1961.

Un equipo multidisciplinario, integrado por peritos en Criminalística, médicos legistas, antropólogos forenses, historiadores e investigadores matanceros ha iniciado una pormenorizada pesquisa que incluye el contacto con integrantes del batallón 339 de las Milicias de Cienfuegos y familiares de la presunta víctima, puesto que documentos personales hallados en el contexto del enterramiento señalan hacia el joven mártir Ramón Jáuregui Díaz.

Certificado de defunción del soldado Jaureguí Díaz.

No obstante, para Ercilio Vento, historiador de la ciudad de Matanzas y médico legista de experiencia; lo cierto es que aunque aparentemente se traten de restos de un combatiente de Playa Girón, por la documentación que le acompañaba en el sitio del enterramiento, en Antropología no son elementos categóricos.

“Y a mi modo de ver existe una gran incógnita y es ¿por qué entierran a esa persona, cuando los muertos en combate eran trasladados para su identificación, certificación del fallecimiento e inhumación adecuada?”.

“Tomando en cuenta las condiciones de los restos, hay que practicar la prueba de ADN, que sería la concluyente y no detenerse en elementos insustanciales como si el certificado de defunción indica que fue enterrada en Jagüey Grande, lo esencial es identificarlo científicamente”, subraya el doctor yumurino.

Así las cosas, para Joel Monzón González, antropólogo forense, el examen de la osamenta refiere un sujeto de afiliación ancestral europoide, lo que se conoce como blanco; masculino, de aproximadamente 21 años de edad y de una estatura de un metro y 62 centímetros, lo que arroja semejanza con Jáuregui Díaz; sin embargo, recalca el experto, no es suficiente.

Testimonio publicado en la revista Moncada el 16 de abril de 1988.

La investigadora matancera Clara Emma Chávez, quien durante años ha incursionado en profundidad sobre los acontecimientos de Playa Girón, aporta datos interesantes como que los que cayeron durante la epopeya de abril tenían un promedio de edad de 23 años y la afiliación ancestral era predominantemente europea, salvo la excepción de un negro y un mestizo.

En este hilo, argumenta Monzón González, que por el estado del cráneo se ha de desechar la técnica conocida como superposición cráneo-fotográfica, y aunque disponen de 23 piezas dentales, no se han podido localizar dentigramas pre mortem. Esto obliga a desechar la técnica del odontograma; y pone sobre el tapete la socorrida prueba de ADN que se realizaría en el capitalino Laboratorio Central de Criminalística.

“Ya lo tenemos todo preparado -indica el antropólogo forense- y como primer paso colectaremos las muestras de sus tres hermanos que también participaron en la batalla, gracias al excelente trabajo histórico de los colaboradores Olga Lidia Munguía, del museo palacio de Junco; de Dulce Limonta del Pozo, del museo de Playa Girón; y de Humberto Rodríguez Hernández, historiador de Jagüey Grande”.

Colectivo de investigadores e historiadores.

“También ha resultado valiosa la búsqueda del material publicado en la revista Moncada el 16 de abril de 1988 y que recoge el testimonio de Israel Vázquez, prisionero de los mercenarios, quien refiere la muerte de su compañero y posterior traslado hacia Playa Girón. Lo cierto es que en este híbrido entre historia y ciencia, la antropología dará la última palabra”, concluye el experto.