Real y Maravillosa, La Habana por los 500. Foto/ Radio Rebelde.

La Habana, 26 mar (RHC) La capital cubana es escenario de una labor ingente de pobladores, constructores, gobierno y cooperantes para atender dificultades existentes y recuperarla después del cruce del potente tornado en enero último.

A pesar de los perjuicios, se restableció 60 por ciento de las viviendas dañadas por el fenómeno meteorológico y la meta es cubrir la totalidad de las necesidades en septiembre próximo.

Las faenas son complejas porque más de 800 casas resultaron destruidas íntegramente y cuatro mil 840 familias lamentaron percances, porque sus inmuebles sufrieron daños parciales o generales.

Los subsidios para cubrir la mitad de los precios de los materiales de la construcción y el aporte de colectivos estatales y de los propios damnificados, incidieron en el notable progreso de las labores.

Parejamente, otros grupos de operarios del Estado devuelven la funcionalidad a escuelas y centros de salud, duramente castigados por la mezcla de fuertes vientos y polvo.

Los quehaceres para dejar atrás el deterioro ocasionado por el tornado transcurren sin abandonar ambiciosos programas para atajar el grave déficit habitacional de La Habana, así como otros inconvenientes, como el de la recogida de desechos.

Las autoridades enfatizaron recientemente en la necesidad de explotar las potencialidades de materiales de la construcción en los municipios capitalinos para, si es viable, erigir una diez mil viviendas anuales, cuatro mil más que la cifra actual.

Pronto se incorporarán 24 camiones para el acopio de basura en la ciudad gracias a la colaboración de Japón y se tiene la vista fija en las Universidades para que sus investigadores ayuden a resolver carencias en diversas esferas.

Otro frente sobresaliente es el de las inversiones en acueductos, a fin de suprimir en dos años el abasto de agua mediante camiones cisternas a sitios de la principal urbe del país sin canales directos de suministro.

El añejo contratiempo del transporte público también atrae la atención del gobierno capitalino y el de la nación, pues si bien se incorporaron ómnibus nuevos y microbuses, el servicio dista mucho de los apremios.

En ese contexto se abre paso la iniciativa del autoabastecimiento municipal en alimentos, una idea con avances en otras provincias, pero inusual para La Habana, provista siempre desde otros territorios.

Con énfasis en los controles económicos con vista a enfrentar la corrupción y el delito, las autoridades habaneras redoblan su contacto con los pobladores para sumar fuerzas al propósito de mostrar una urbe más bella en noviembre, aniversario 500 de su fundación.