Turismo de naturaleza
La Habana (PL) Las autoridades cubanas mantienen hoy una preocupación constante por un balance apropiado entre la protección medioambiental y la explotación de las áreas protegidas a favor del turismo de naturaleza y aventuras.
 
De ahí que este 2018 comienza con el despertar de los deseos de muchas personas en el mundo para encontrar durante sus vacaciones un sitio especial para tener un descanso activo, sea agroturismo, naturaleza o aventuras.

Tal predilección también convence al coordinador del programa de turismo sostenible del Centro Nacional de Áreas Protegidas, Elvis Milián.

Señaló que su instancia pertenece al Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, que tiene muy en cuenta el desarrollo de la industria de los viajes y la capacidad de carga de los lugares más visitados.

En Cuba existen 211 áreas protegidas identificadas y de ellas, menos cuatro que son reservas naturales, el resto puede emplearse en las distintas modalidades de turismo, como Parques Nacionales en adelante, o sea reservas ecológicas, refugios de fauna y otras.

Milián ejemplificó con la región de Buena Vista en el centro de la isla, que tiene en su interior al Parque Nacional Caguanes, al Caimanes y el refugio de fauna Cayo Santa María, Las Loras y otros espacios.

De esos territorios aparecen seis que tienen codificación internacional como Reservas de la Biosferas, categoría otorgada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Justo en el oriente cubano, existen dos Sitios Patrimonio Mundial Natural, el Parque Nacional Desembarco del Granma (en la provincia de este nombre) y el Alejandro de Humboldt.

Relató el experto que permitir la entrada a lugares de este tipo a los turistas debe ayudar, pues se trata por lo general de individuos que tienen una conciencia de protección medioambiental y les gusta beneficiar tales distritos.

Ello permite conocer las zonas, pero a la vez realizar el menor impacto posible.

No quiere decir que todo el que realiza un sendero sea ecologista, de ahí que se monitoreen por expertos los parámetros de esos escenarios. En ocasiones se abren algunas rutas, pero se cierran otras según la necesidad, como ocurre debido al paso de huracanes.

Todas las plazas protegidas cuentan con un plan de manejo según su categoría y en esos planes se incluyen los senderos, la conservación y diversas actividades.

En dependencia de que la categoría sea más baja, se puede explotar más o admite la construcción de hoteles, siempre respetando el entorno, recalca el entendido.

Detalló que se trata de un sistema bien engranado donde participan varias direcciones de la administración central del Estado.

El 80 por ciento de las resguardadas lo gestiona la Empresa para la Protección de la Flora y la Fauna, perteneciente al Ministerio de la Agricultura.

Sobre estas administraciones, el programa de turismo sostenible del CITMA realiza un papel de asesoría o jurisdicción metodológica. Ello se traduce en pertrechar a quienes trabajan en esos lugares de conocimientos para el mejor manejo de dichos espacios.

Por tanto, son sitios ideales para el turismo de aventuras, y de ahí el atractivo que para este año tienen tales escenarios, tal como lo reconocen los viajeros que ya llegan a la isla en plan de vacaciones activas.