Turismo

Es un buen momento para ir a Cuba no solo por el clima y la calidez de su gente, sino también por la seguridad para los viajeros, afirmó un artículo de la revista estadounidense Forbes.

Especializada en el mundo de los negocios y las finanzas, la publicación destacó la reapertura gradual que experimenta hoy el país antillano luego de un largo periodo de restricciones a causa de la pandemia de la Covid-19.

Los viajes se reanudaron, lo que la isla puede enfrentar porque está equipada con un sistema de atención médica bien desarrollado que añade un nivel de seguridad a los visitantes que decidan por ese destino del Caribe, apuntó.

Cuba está bien posicionada para dar la bienvenida a los viajeros internacionales justo cuando llega el invierno y a la calidez del clima se añade la de su gente, señaló el amplio artículo al resaltar que el 90 por ciento de la población del país ya fue vacunado contra la Covid-19.

Recordó que el sector del turismo ha sufrido el efecto “vaivén” con Estados Unidos en los últimos años debido al bloqueo que durante décadas han impuesto sucesivas administraciones de la Casa Blanca a la nación antillana.

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Añadió que “las restricciones se aflojaron en 2015 (cuando los dos países retoman su nexos diplomáticos durante el segundo mandato de Barack Obama), lo que llevó a una verdadera avalancha de turistas que llegaron en vuelos directos y cruceros”.

Sin embargo, nuevas medidas coercitivas «volvieron durante los años de Donald Trump (2017-2021) y aun no se han revertido», argumentó Forbes.

Sugirió que visitar Cuba a estas “alturas tiene una ventaja añadida”, pues quienes llegan «podrán disfrutar de la increíble cultura, música y arte”.

Rachel Dunnam, directora de Cuba Candela, una empresa especializada en viajes a la isla, expresó a la revista que en una reciente estancia allí descubrió que alrededor del 85 por ciento de los pequeños y exclusivos hoteles y restaurantes de lujo utilizados por su compañía están abiertos otra vez y se añadieron otros.

Una escasez que Dunnam encontró fue que los taxis eran a veces difíciles de encontrar, una diferencia con respecto a los tiempos prepandémicos, pero le satisfizo que los ciudadanos de a pie con un automóvil se ofrecían a llevarles sin pedirles un pago a cambio.

«Es la manera cubana», les dijeron, ilustrando el espíritu y la generosidad que los visitantes deberían experimentar realmente, concluyó el material, que reseñó en su nota de color cómo vuelven a circular en La Habana los pintorescos carros de la década de 1950 del pasado siglo y se reactiva la vida en la mayor isla del Caribe.