Danza Contemporánea de Cuba presentará este fin de semana una obra del coreógrafo y bailarín Miguel Altunaga. Asistimos a uno de los ensayos...
Cada nuevo montaje es un reto para los excelentes bailarines de Danza Contemporánea de Cuba (DCC). Un reto y una oportunidad. Pero en esta ocasión hay un plus: el coreógrafo Miguel Altunaga, radicado en Gran Bretaña, regresa a la compañía donde se formó para presentar Más allá del polvo, una pieza que habla de la añoranza y la distancia.
El estreno mundial tendrá lugar en el Gran Teatro de La Habana el viernes 9 de febrero. Habrá funciones hasta el domingo 11, en los horarios habituales.
Será un fin de semana intenso para los amantes de la danza, pues esos mismos días se estará presentando en la sala Avellaneda del Teatro Nacional la compañía Acosta Danza, una agrupación con la que también ha trabajado Altunaga.
Solo será cuestión de planificarse, ¡ojalá que todos los fines de semana hubiera opciones tan contundentes!
CubaSí asistió a uno de los ensayos de Más allá del polvo, en la sede de DCC, justo en el Teatro Nacional de Cuba. Miguel Altunaga estaba trabajando el final de su coreografía. Esas distancias que se suponen entre un coreógrafo y sus bailarines parecían no existir aquí. Altunaga lucía entusiasmado. En uno de los descansos, comentó:
«Estuve aquí, bailé con esta compañía durante siete años. Mi identidad como bailarín tiene que ver mucho con mi pertenencia a este grupo. La obra parte entonces de esa experiencia, de mi lejanía, de la nostalgia. Pero es también un homenaje a ese espíritu de lucha, de resistencia, que compartimos todos los cubanos».
Altunaga es ahora mismo uno de los más laureados coreógrafos y bailarines en el Reino Unido. Desde hace diez años integra una de las más importantes y antiguas compañías de ese país: la Rambert. Ha sido nominado en varias oportunidades al premio del Círculo de Críticos Británicos de la Danza. En el mundo de la danza británica es, lo que se dice, una celebridad.
Pero regresar a trabajar con la agrupación en la que dio sus primeros pasos fue siempre un sueño.
«Yo me siento revitalizado con esta nueva era en la agrupación, con estos nuevos bailarines. La verdad es que son muy buenos. Venir aquí de nuevo, montar con esta compañía, ha sido un privilegio».
Han sido sesiones intensas las de estos días, pero los bailarines parecen satisfechos con el trabajo. Alguien dijo alguna vez que este elenco es el más versátil de la danza escénica cubana. Lo cierto es que tienen la oportunidad de trabajar con coreógrafos de disímiles procedencias, y eso les ha abierto el espectro de posibilidades.
«Me ha encantado trabajar con Miguel, es un coreógrafo muy interesante. Esta pieza tiene mucha fuerza, se arma a partir de identidades muy fuertes, se recrean estereotipos. Uno se siente un luchador, un batallador» —opina la bailarina Leyna González. Para su compañero Alejandro Miñoso la obra aprovecha valores que comparten los cubanos: «Es imposible no identificarse con lo que sucede en escena».
La temporada en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, sede habitual de las presentaciones de Danza Contemporánea de Cuba, incluye además la reposición de Equilux, de la británica Fleur Darkin, una pieza que se estrenó en noviembre del pasado año en el Teatro Mella, como parte del proyecto Islas Creativas que mantiene la compañía cubana con el British Council desde hace varios años.
Los vínculos de la agrupación cubana con el entramado de la danza en el Reino Unido son sólidos y crecientes. Más allá del polvo es otro eslabón.