Elogio de la belleza

Puede que haya propuestas mucho más “importantes” en esta XIII Bienal de La Habana… pero estas dos son muy hermosas… y eso es más que suficiente.

El que recorra por estos días La Habana Vieja, el que se acerque a la célebre Plaza de Armas, se encontrará de pronto con tres hermosísimas esculturas en bronce del maestro Pedro Pablo Oliva.

Algunos dicen que la belleza por la belleza no es un valor atendible. Pero si estas tres piezas fueran solo bellas (que son mucho más que eso, sus implicaciones metafóricas, su carga espiritual son evidentísimas), ya valdría la pena salvarlas del desastre.

He aquí un homenaje a la maternidad, al amor y a la amistad, al café y otros tantos rituales de la vida… concebido con la estilización inspiradísima de un gran artista.

No son estas piezas de frívola belleza: están arraigadas a muchas historias (las de cualquiera de nosotros, por ejemplo) y se tienen un halo de poesía que difícilmente pueda resultar inadvertido.

 Elogio de la belleza

 

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