Las canciones de Raúl seguirán vibrando en muchos rincones de la Isla

Cuando ya nadie ponga manitos y caritas en el comentario que provocó estás líneas, las notas de Raúl seguirán vibrando en muchos rincones de la Isla y de la América Nuestra. Eso se llama trascender. Lo demás, es insustancial.

Tras el pírrico y miserable intento de criticar a dos artistas cubanos por reflejar su compromiso patrio en un vídeo contra el bloqueo, la ley Helms- Burton y el resto de las medidas de Trump contra Cuba, veo con poco asombro cómo se intenta, esta vez desde la “propia” orilla, demeritar a Raúl Torres por una canción con el mismo objetivo. Si se atrevieron hasta con Barnet, no debe sorprendernos.

Intento no calificar este otro intento desdichado como una muestra inútil de arrogancia y petulancia. Pero a todas luces pareciera entrar la “crítica” al escenario caracterizado por ir contra todo y a costa de todo, usando banderas rojas.

Raúl tiene derecho y hasta el deber de poner su arte al servicio de sus ideas, de su visión del mundo, tal y como lo tienen aquellos que ponen su arte al servicio del dinero, y peor aún, de la intervención y de la guerra, como ocurre con varias figuras internacionales respecto a la sufrida Venezuela. Por cierto, sobre estos muchos hacen silencio.

¿Se criticará con igual ponzoña al Che Guevara por su poema “Rapsodia a Fidel”? Claro que no…hasta allí no llegan, no pueden –no sé si quieran-. Torres es un blanco más potable sobre el cual descargar diversos sentimientos, contradicciones y contracciones éticas.

Yo acabo de escuchar la canción. Francamente, Raúl tiene otras mucho mejores. Pero de Martí aprendí a ver y definir bien de qué lado está el enemigo. Y Raúl ha cumplido con ese principio y nos ha regalado piezas antológicas que nos han hecho vibrar: las de Chávez y Fidel son solo dos. Candil de Nieve, es otra. ¡Qué vileza y vacía la crítica! ¡Qué ingratitud la burla!

Cuando ya nadie ponga manitos y caritas en el comentario que provocó estás líneas, las notas de Raúl seguirán vibrando en muchos rincones de la Isla y de la América Nuestra. Eso se llama trascender. Lo demás, es insustancial.