Luciano Castillo, Mercy Ruíz, Octavio Fraga y Arturo Sotto reflexionaron sobre la riqueza de contenidos de Ediciones Icaic.
 

Las más recientes publicaciones impresas y digitales de Ediciones Icaic propician conocer los valores artísticos de figuras, tendencias, estilos que cultivan los creadores de América Latina y del mundo

Los productos comunicativos son signos complejos, en ellos cada elemento tiene prominencia en la construcción de los sentidos de la estructura del texto y la visualidad realizados intencionalmente tanto en la escritura como en la filmografía.

De esta mancomunidad es consciente Mercy Ruiz, directora de Ediciones Icaic, quien junto a varios expertos presentó en el Salón Taganana del Hotel Nacional las más recientes publicaciones de esta entidad.

Según reconoció: “Defendemos la relación entre libros, cine, públicos, esta tríada demanda miradas a temáticas, estéticas diferentes y, sobre todo, el compromiso con el desarrollo de las cinematografías en los ámbitos nacional e internacional.

Esta certeza se concreta de manera creativa en el catálogo de Ediciones Icaic que incluye además de los volúmenes impresos, 34 E-book y 10 audiolibros. En opinión del cineasta Arturo Sotto: “En ellos está presente un concepto esencial: el cine y el libro son arte e industria. Investigadores, editores, otros expertos, continúan explorando las posibilidades de este último, su valor cultural que enriquece el intelecto y la memoria.

Por su parte, el investigador Octavio Fraga destacó los aportes de su padre, Jorge Fraga, en el libro Poética de una escritura. “Fue un hombre apasionado que trató temas esenciales de las puestas cinematográficas: la idea, el argumento. Hizo énfasis en la necesidad de formar a los escritores y en el estudio de las soluciones dramáticas, las cuales deben ser analizadas con cientificidad”.

Un valioso estudio propone el libro de la investigadora mexicana desde diferentes disciplinas.

Durante la emotiva jornada, Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba, presentó el volumen Verdad y mentira en el cine. El sentido de lo falso en F for Fake (1973) de Orson Welles. “Fue escrito por la doctora en Historia del Arte Dulce Isabel Aguirre Barrera, quien motiva a ver este documental del notable director. Constituye una de las obras centrales que dentro del ámbito cinematográfico han tratado el importante tema de la falsificación. La película reflexiona sobre el problema de lo verdadero y lo falso en el arte. Mediante una historia interesante, la experta mexicana aborda la falsificación artística y la verosimilitud documental. Desde diversas disciplinas y ámbitos de estudio abarca el corpus wellesiano, por lo general centrado en el mero retrato biográfico o en el estudio de creadores desde una dimensión puramente estética.

“Esta es la segunda película a color realizada por Welles; la primera fue Una historia inmortal, de 1968, y pertenece a la serie de proyectos que el director emprendió entre su segundo autoexilio en Europa (1959-1970) y su regreso a los Estados Unidos.

“Como precisa la autora, en F for Fake puede leerse la intención de romper con el modelo hegemónico del cine –cuyo epítome es el hollywoodense clásico-, entendido como simple espectáculo, destinado a producir una experiencia de recepción cimentada en la catarsis y en el involucramiento acrítico del espectador frente a los contenidos de las películas”.

Actualmente resulta imposible marcar fronteras entre la creación y el pensamiento. Es importante ver el cine, pensar el cine, pues el asunto de la reflexión se ha hecho cada vez más complejo debido a la proliferación de los nuevos soportes de emisión.

Las especialistas de Citmatel, Lupe González Sánchez, jefa del departamento de ventas y gestión documental, y Samanta Casañas, promueven la comercialización de Ediciones Icaic.

En el contexto de la era del conocimiento o de la sociedad de la información, una de las principales tendencias se revela en el hecho de que el área tecnológico-informativa conduce hacia una información masiva sin precedentes frente al carácter instantáneo del saber.

Al considerar dicho panorama, Ediciones Icaic comercializa sus libros digitales a través de la Empresa de Tecnologías de la Información y Servicios Telemáticos Avanzados CITMATEL. Los integrantes de sus equipos creativos son conscientes del rápido crecimiento de las nuevas tecnologías y de la figura de un usuario, que por lo general pasa a la categoría de cliente o consumidor de información mucho más exigente e interactivo.

Sin duda, urge seguir impulsando la formación estética, crítica, de los públicos mediante la activa socialización de reflexiones que abordan el escenario de la guerra de símbolos y la descolonización de las pantallas para liberar al espectador cautivo de la tontería audiovisual.