Guantes de boxeo

La Habana, cuba.- Históricamente, y salvo un período del final del ya lejano siglo XX, el mundo del boxeo amateur ha estado a los pies de Cuba, cuya escuela a pesar de cambiar de intérpretes, mantiene su guión de triunfos y gestas.

En múltiples lides, crudas, tremendas y de diverso rigor, los criollos continúan escribiendo relatos que no se desgastan.

Sin embargo, entre tanto aroma seductor han brotado dos sacudidas, que a pesar de no alterar la confianza, invitan a una necesaria reflexión.

En la Séptima Serie Mundial de Boxeo, los Domadores de Cuba, habituales gobernantes con puño de hierro, recibieron dos directos a la mandíbula, por parte de adversarios, que a mazazos de verticalidad buscan atornillarse en una contienda que además de servir de vitrina para diversos intereses atléticos, esboza el trayecto de emboscadas que avecinan, camino a los Juegos Olímpicos de 2020 en Tokio, Japón.
Convencidos de nuestro libreto, pero…

Hinchados de autoestima y convencidos de que su libreto sería indescifrable para los Domadores de Cuba, se presentaron en la Séptima Serie Mundial de Boxeo, los Heroicos de Colombia y los Caciques de Venezuela.

Los primeros lograron plantar su bandera, en tanto los segundos a pesar de mostrar filo, se quedaron cortos en la encomienda de inclinar la rodilla de los nuestros.

Con la rabia ya masticada, los Domadores de Cuba inyectan de ánimo su gen competitivo. Algunos en casa, sostienen que las disputas tuvieron fatales y preocupantes desenlaces, por efectuarse en predios de los rivales.

Sin embargo, escudarse en semejantes argumentos sería como continuar amueblando nuestra particular parcela de justificaciones.

El boxeo cubano, prolongará su fertilidad para así seguir alimentándose de aplausos. Las cicatrices que broten en el camino serán dolorosas, pero reveladoras de cara a la combustión que se avecina.
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