Rafael Alba

Eléctrico, una terminología que se le atribuye a aquellos deportistas que sorprenden al máximo nivel con un rendimiento determinado. En lo personal me gustaría pensar que ese oro, o metal olímpico o mundial llegó en el momento de su consagración.

No se puede llegar a ese excelso entorno si no se posee calidad sobrada, entonces la “electricidad”, contremplando muchas otras variables de incidencia en un posible resultado de esta magnitud, pasa a ser un tanto relativa.

Hoy centraremos nuestra atención en un atleta que bien pudiera darnos la alegría suprema en Tokio y pasar al Olimpo deportivo como eléctrico.

Aunque si analizamos la hoja de servicios de Rafael Yunior Alba Castillo (12 de agosto de 1993) con 2.02 metros de estatura y entre 87-90 kg de peso en etapa competitiva, hallamos que ha sido dos veces campeón universal 3en Puebla 2013, y Manchester 2019; además de bronce en la edición de Chelyabinsk 2015; performances a los que añade podios en Grand Prix y varios cetros a nivel continental.

El último de ellos por cierto, en el Campeonato Panamericano de junio último desarrollado en México. Allí doblegó por el cetro 11-5 al estadounidense Jonathan Healy, la que constituyó su sexta sonrisa ante el enconado rival norteño. Esa precisamente fue una de las últimas competiciones oficiales de Alba, quien en la recta final de su preparación sostuvo bases de entrenamiento en Inglaterra y el propio suelo azteca.

En plena etapa de madurez y maestría deportiva, el taekwondoca santiaguero está determinado a sacudirse la espina de Río de Janeiro 2016, cuando sucumbió en la fase de cuartos de final ante el uzbeko Dimitry Shokin.

Argumentos

Alba, es un taekwondoca que técnicamente posee muchos recursos. Pudiera parecer que por su elevadísima estatura estaría en desventaja con otros de su deivisión, pero posee una velocidad de piernas en el pateo vertiginosa, la cual combina con varias patadas muy efectivas.

Recordemos que al taekwondo se le conoce como el arte marcial de las patadas voladoras. A la explosividad le añade un excelente dominio de las distancias sobre el Dojang, lo cual le concede mayor precisión en la ejecución de sus acciones, fiel a la máxima de que la mejor defensa es un buen y en este caso certero ataque.

Tal es así que en lides de rigor en la arena internacional desde el 2013 compila un excelebnte balance de 23-6 en materia de victorias y reveses, para un 79% de acierto en sus pleitos. Rendimiento que adereza con la mitad de sus peleas ganadas en el llamado punto de oro, y una media de10.6 puntos por cada duelo efectuado.

Todo eso le ha permitido mantenerse entre los primeros hombres de su categoría durante dos ciclos olímpicos, amén de un sedimento asociado al déficit de infraestructura competitiva y de entrenamiento de primer nivel, y bien escaso fogueo internacional.

Tal es así que ante la inminencia de Tokio escaló seis puestos en el ranking de los +80 kilogramos. Cuestión muy favorable de cara al sorteo de la competencia, pues aparece quinto del escalafón con 242.25 unidades. Le anteceden:

  1. Vladislav Larin (RUS-497.51).
  2. Kyo Don In (KOR-452.86).
  3. Sajjad Mardani (IRI-273.83).
  4. Radik Isaev (AZE-248.04).

¿Algo que debe congeniar mejor con su esquina? El iniciar ataques, sabiéndose en igualdad de posibilidades con cualquiera de sus oponentes de élite, y por consiguiente sin desperdiciar más tiempo del debido en estudiar o cuidarse del rival, cuestión esta que ya le ha pasado factura en más de una oportunidad, amén del temperamento pausado y tranquilo que posee Alba asociado a su carácter.

En favor de Alba señalar que en las últimas radiografías competitivas se ha mostrado más agresivo, menos dubitativo, lo que pudiera traducirse en un sorteo de ese elemento dentro de su componente psicológico.

Nada despreciable en su evolución además, el crecer a fuerza de cruentas batallas con Robelis Despaigne, lo que le aseguraba calidad suprema a sus sparrings en el ámbito doméstico.

El peso de la tradición

El taekwondo, al igual que las restantes disciplinas de combate, irrumpió en la palestra bajo los cinco aros de manera oficial con excelentes dividendos para Cuba en Sydney 2000.

Entonces, Ángel Valodia Matos (oro-80 kg) coronó esfuerzos, y Urbia Meléndez (49 kg) se agenció plata. Algo podemos dilucidar radiografiando los performance de taekwondocas de la Mayor de las Antillas en Juegos Olímpicos: el hecho de que la división más pequeña entre damas, entiéndase los 49 kg, y las superiores entre varones, 80 y +80, han sido las responsables de sostener nuestro prestigio en una modalidad donde Sudcorea (12-2-5) meca y nación en la cual germinó el deporte, campea por su respeto.

Además de los medallistas mencionados han ocupado podio Yanelis Labrada (49 kg-plata) en Atenas 2004; Dianelys Montejo (49 kg-bronce) en Beijing 2008; y Robelis Despaigne (+80 kg-bronce) en Londres 2012.

En Tokio, 16 atletas animarán cada una de las ocho divisiones, para un total de 128 efectivos.

Esas son algunas de las observaciones con respecto a uno de los “llaneros solitarios” de nuestra delegación. Máxime cuando las restantes disciplinas de combate, llevan la vos cantante en cuanto a clasificados, con excepción del atletismo, y opciones de preseas.

Salvando las distancias, me gustaría pensar que Alba, en plena etapa de madurez y maestría deportiva, podrá alcanzar sus ambiciosos objetivos. De hecho, bien pudiera aportar la primera presea o título para Cuba cuando sus patadas asalten el Dojang el próximo día 26. Ya les contaré por acá, detalle por detalle, su andadura en tierras del Sol Naciente.