Industria cubana del reciclaje

La Habana. -  La expansión de la industria cubana del reciclaje resulta vital para la sustitución de importaciones y el incremento de los volúmenes exportables dentro de la política de desarrollo económico trazada por el país.

El director de Desarrollo del Grupo Empresarial de la Industria Sideromecánica (Gesime), Mario Hernández, reveló durante la recién concluida Convención Cuba Industria 2018, que por esta causa la actividad de recolección de materiales de desecho cuenta con su propia estrategia de crecimiento.

Por su contribución a diversas ramas de la economía --entre ellas a la siderurgia-- una de las metas propuestas por este grupo en su plan de desarrollo hasta 2030 estriba en el incremento de los niveles de actividad del ámbito del reciclaje con altos estándares de competitividad.

Dentro de la rama de la recuperación de desechos, acotó el funcionario, la política se centra en dos objetivos fundamentales.

El primero de ellos busca incrementar el valor agregado de desechos reciclables mediante el perfeccionamiento de la clasificación y compactación de desperdicios en su origen.

Asimismo, se persigue la disminución de los costos de transportación y almacenaje y un mayor procesamiento para la entrega de mejores productos.

La otra de las líneas de trabajo, abundó Hernández, estriba en la incorporación de desechos con bajos niveles de procesamiento o que no se reciclan.

En ese caso están los neumáticos fuera de uso, la chatarra electrónica, las baterías, las lámparas fluorescentes, envases con recubrimientos especiales, escombros de la construcción y madera.

Según agregó el directivo, hasta 2020 se prevé el inicio del manejo de los residuos sólidos urbanos, lo que permitirá la obtención de desechos reciclables y generación de energía eléctrica, iniciativa que comenzaría por la provincia de La Habana.

En relación con este propósito, el director de Negocios de Gesime, Raúl Díaz, declaró en exclusiva a Prensa Latina que una empresa mixta aún en fase de negociación será el ente encargado de materializarlo en la capital, en primera instancia.

Con una inversión que supera los 500 millones de dólares, el proyecto abarca desde la recolección de los residuos sólidos en origen hasta la transportación y el procesamiento, añadió el directivo.

Parte de esos residuos sólidos se destinarán a la generación de energía eléctrica y el resto se recolectará como materia prima para la industria, precisó Díaz.

La política de desarrollo para la esfera de la recuperación de materiales, diseñada por etapas hasta 2030, debe favorecer el establecimiento de parques profesionales industriales de reciclaje y la entrada en vigor de sistemas de estimulación financiera para aumentar la conciencia respecto al acopio de desechos, aseveró Hernández.

El director de Desarrollo de Gesime agregó que, hasta 2020, deben incrementarse también las labores de desguace de embarcaciones.

Durante esta etapa debe consolidarse el acopio y el procesamiento de desechos que actualmente no se reciclan, lo que permitirá incrementar el índice de recuperación global al 40 por ciento de estos productos, detalló.

Según apuntó el directivo, antes de 2026 debe quedar perfeccionado el sistema de reciclaje de los residuos sólidos urbanos con la expansión de proyectos similares al implementado en La Habana, en los territorios de Matanzas y Villa Clara, así como en Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba.

Igualmente, se prevé para esta etapa el establecimiento de nuevos sistemas de clasificación profunda y detallada para los productos recuperados, lo que favorecerá un crecimiento de la tasa de reciclaje de los residuos a niveles de entre el 60 y el 75 por ciento.

De acuerdo con las proyecciones, recalcó Hernández, deben incluirse mejoras a la tecnología disponible y a la política de logística actual en cuanto a las capacidades de recuperación y en el procesamiento de desechos reciclables.

También se prevé el incremento de las capacidades de desmontaje y reciclaje de embarcaciones y equipos automotores desechados.

Para ello, apuntó, se deberán introducir equipamientos para el desguace, que incluyan equipos de izaje y procesamiento, medios de transporte y prensas.

En el caso del aprovechamiento de los residuos sólidos urbanos, esta industria priorizaría la instalación de equipamiento de recolección y clasificación, además de plantas automáticas de procesamiento y de generación de electricidad.

Por su parte, la reutilización de los neumáticos fuera de uso precisa de medios logísticos para la recolección, equipamiento estacionario y móvil para el troceado, además de plantas completas para el procesamiento y obtención de derivados de caucho, textil y acero, afirmó.

Dentro de las transformaciones proyectadas en la carpeta de productos y servicios en el ámbito del reciclaje se encuentra el aporte de caucho troceado, material del cual la industria del cemento obtiene combustible.

Asimismo, acotó el funcionario, se prevé la obtención de una gama más amplia de artículos para la elaboración de materiales para la construcción en vidrio, plásticos y productos resultantes del procesamiento de escombros.

Como contribución a la industria textil, se proyecta la obtención de subproductos textiles como materia prima para esta rama.

El proceso fabril acerero podría verse igualmente favorecido por las planchas recuperadas procedentes del desmonte de embarcaciones, según Hernández.

Además de las contribuciones al ámbito textil y constructivo, el aumento previsto en la recuperación de desechos beneficiará la revitalización de la industria de envases y embalajes.

Según reveló a Prensa Latina la especialista principal de esta esfera en el Ministerio de Industrias, Juana Herrera, durante este año se proyecta reutilizar 112 millones de envases de cristal, 61 millones más que los recuperadas en 2013.

Estos volúmenes entrañan un incremento de más del 50 por ciento durante el último quinquenio, en cuanto a la reutilización de estos recipientes.