Acto de iniciación pioneril

Cada 8 de octubre, como es tradición en toda Cuba, niños y niñas de primer grado colocan alrededor de su cuello la pañoleta azul que los convierte en pioneros.

Todos los nacidos después de 1959, tuvimos también nuestra primera vez. Ese hermoso símbolo ha transitado a través de generaciones de cubanos, que han repetido con orgullo: ¡Seremos como el Che!

“Es el acto más bonito de la primaria, importante por la fecha y la jornada del ocho al veintiocho de octubre, que recuerda a Ernesto Guevara y a Camilo Cienfuegos”, así nos habla Yipsi García Marquetti, quien comenzó este curso como directora de la escuela Adolfo González Bouza, ubicada en el municipio de Playa.

Anteriormente, también en ese municipio capitalino, fue durante 17 años Guía Base de Pioneros en el centro escolar Ramón López Peña.

En diálogo con Radio Rebelde destaca el simbolismo de que un día como este, en cada escuela primaria del país, los padres anuden por primera vez la pañoletas de sus hijos. Es una fiesta para los estudiantes, los maestros y la familia.

La primera vez de una pañoleta. Foto: José Manuel Correa
Foto: José Manuel Correa

Comenta que “este acto se prepara desde septiembre, se ensaya con los niños, que están muy emocionados, el día del acto se hace una M gigante que representa a los pioneros Moncadistas, ellos llevarán su flor y su atributo, la pañoleta azul que la ponen sus padres. Es ahí donde comienzan a ser pioneros, con su uniforme completo, por eso es fundamental la presencia y el compromiso de la familia”.

Yipsi García Marquetti apuesta cada día por el noble oficio de enseñar y educar. Viene de una familia de maestros, así que el magisterio para ella, es una razón de vida.

Yipsi García Marquetti,  directora de la escuela Adolfo González Bouza, en el municipio de Playa. Foto: Angélica Paredes

La joven educadora afirma: “dice mi mamá que desde pequeña jugaba a ser maestra, con tizas, pizarra y diez muñecas; así que hoy veo a estos niños como mis hijos, siempre digo que ahora tengo mi hijo de ocho años y 209 que la mayor parte del tiempo están conmigo, en la escuela”.

A la pregunta de cómo se imagina el futuro, cuando sus niñas y niños sean hombres y mujeres que aporten desde sus profesiones al desarrollo de la sociedad, responde con inmenso orgullo.

“Ya lo veo, muchos ya están en la escuela de Medicina, me los encuentro en el ómnibus y en un futuro los veo, a todos mis alumnos, en cualquier centro del país, aportando a nuestro desarrollo”.

Ser maestro es ejercer una profesión de sacrificios y retos, pero también de enormes satisfacciones. Porque “Instruir puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo”, como señaló el pensador y filósofo cubano, José de la Luz y Caballero, enaltecer al maestro es deber de toda la sociedad.

Yipsi García Marquetti ofrece su consejo a quienes hoy se forman en las aulas como futuros maestros.

“Si les gusta, salten los obstáculos, no piensen en las insatisfacciones, sino en las gratificaciones que siempre serán más, la labor más bonita del mundo es ser maestros”.

La primera vez de una pañoleta . Foto: José Manuel Correa
Foto: José Manuel Correa

Este 8 de octubre, al anudar la pañoleta de sus hijos, aquellos padres que hoy transitan junto a ellos por el primer grado, seguramente que rememorarán cuando también comenzaron a dar sus primeros pasos escolares, cargados de inquietudes y sueños.

Muchos años han transcurrido para todos, desde aquel día, pero por suerte Cuba, a pesar de los ataques externos, de las carencias, de las limitaciones económicas y de nuestras propias insuficiencias, mantiene uno de los sistemas educacionales más completos del mundo.

Ahí está la hermosa tradición que perdura, y que permitirá este 8 de octubre que el científico, la ingeniera, el doctor, el técnico, el obrero, el trabajador por cuenta propia, la ama de casa, puedan reunirse en cualquier escuela del país, para sentir nuevamente, ahora junto a sus hijos, el aliento y el espíritu de aquella primera vez en que nuestros padres anudaron nuestra pañoleta.