Niños cubanos

El pasado 6 de septiembre comenzó el curso escolar en Cuba a través de actividades docentes televisivas. No lo fue de forma presencial puesto que la situación epidemiológica no lo permitía y como la intención siempre ha sido proteger al pueblo y garantizar una mejor calidad de salud posible, se espera retomar el regreso a las aulas cuando profesores, auxiliares y todos los estudiantes de las diferentes enseñanzas estén inmunizados.

Por ello se decidió que los de mayores grados se vacunaran con Abdala, con ciclo más corto (cada 14 días) que Soberana 02 y Plus (cada 28 días), para que pudieran, con un mes más que los grados menores, presentar trabajos de cursos y realizar exámenes finales. Es así, y teniendo en cuenta que los niños y jóvenes desarrollan superior inmunidad que los adultos, que se espera restablecer finalmente el camino educativo, interrumpido y azotado por la pandemia de la Covid-19.

Como el esquema de vacunación se ha ido cumpliendo, este lunes 4 de octubre, exceptuando algunas provincias con condiciones epidemiológicas particulares, se reanudarán en el resto del país las clases de manera presencial para duodécimo grado, tercer y cuarto años de las escuelas pedagógicas y tercer año de la enseñanza técnica y profesional, según explicó el pasado viernes en la Mesa Redonda la ministra de Educación, Dr. C. Ena Elsa Velázquez Cobiella.

Si bien existen otros sectores afectados, por ejemplo, el del turismo, con viajes y excursiones pospuestos o cancelados, que terminan por afectar economías familiares y nacionales, los daños a la educación aún están por visualizarse y entenderse sólidamente, pero definitivamente ese bache educativo repercutirá negativamente en el desarrollo social y económico en general, dígase eso en todas y disimiles esferas productivas que existen hoy día.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en su portal oficial, sobre la actual crisis educativa que padece una gran mayoría de las naciones, estimó: “para casi 77 millones de niños, la pandemia les ha quitado las aulas durante los últimos 18 meses. Los escolares de todo el mundo han perdido 1.8 billones de horas y contando el aprendizaje en persona debido a los bloqueos de COVID-19”. La limitación ha sido descomunal.

También hizo un llamado a que se haga cumplir el derecho de los niños a tener acceso a una educación plena, pero aquí entra el fenómeno de la vacunación anti-Covid-19  sy su distribución desigual, las grandes potencias se siguen burlando a la necesidad planteada por la ONU de priorizar los pueblos en desventajas y dejar la tercera de dosis de refuerzo para que al menos los que están desprotegidos puedan tener la primera dosis del ciclo de vacunación.

“Esta generación de niños y jóvenes no puede permitirse más interrupciones en su educación, por lo que pedimos a los gobiernos que #ReopenSchools lo antes posible y que la educación vuelva a encarrilarse”, enfatizó la UNICEF. Asimismo, advirtió que “las repercusiones para cada niño, su familia, su comunidad y su economía se sentirán durante los próximos años. Muchos niños nunca se pondrán al día. Los más vulnerables serán son los más afectados”.

Los niños cubanos tienen el privilegio de contar con el sistema de las teleclases que ha ofrecido materiales de calidad, sin embargo, muchos padres y la familia en general han tergiversado su función tutorial y necesaria, al desentenderse de los menores dejándolos solos frente a la pantalla sin una supervisión o apoyo. La UNICEF advirtió que “al menos 1 de cada 3 niños en edad escolar no tuvo acceso al aprendizaje a distancia durante el cierre de las escuelas”.

Sobre las secuelas de este cierre ese organismo internacional considera que “las alternativas a la escuela son el trabajo infantil, el matrimonio infantil y el embarazo en la adolescencia. Una vez que esto sucede, puede ser imposible que las niñas o los niños regresen a la escuela. Mantener a los niños en casa también ha provocado que los padres tengan que dejar sus trabajos, especialmente en países con políticas limitadas o nulas de permisos familiares”.

Solo los cuidados, haciendo uso del nasobuco y manteniendo buena higiene y el distanciamiento físico, más el escalonado proceso de vacunación nacional en Cuba darán pie a que la educación pueda de cierto modo volver a una normalidad, ajustada al escenario actual, pero con la potencialidad de tener un profesor en físico delante de los estudiantes, la cual ha tenido que migrar a vías virtuales para darle continuidad a los estudios.