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La Habana, 21 jun (ACN) Cerca de cuatro mil incendios forestales ocurrieron en Cuba en el periodo 2008–2017, cuando afectaron 69 mil 305 hectáreas de bosques y lo que evidenció la necesidad de incrementar la percepción del riesgo que implican para la economía y el medio ambiente.

Sin embargo, en 2011 rompieron los registros de 30 años en cuanto a la cantidad ocurrida en un año y las áreas dañadas, según especialistas del Ministerio del Interior en un artículo publicado en su sitio web oficial.

A la sazón, se reportaron 723 hechos que impactaron 20 mil 495 hectáreas.

En los últimos 10 años los territorios con mayor estallido de ellos son las provincias de Pinar del Río, Matanzas, Villa Clara, Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma y el municipio especial de la Isla de la Juventud, donde sus causas obedecieron en un 84% por negligencias y apenas un 8% naturales.

Figuran en el primer grupo la utilización del fuego en terrenos agrícolas para diferentes fines, entre ellos quema de residuos de cosechas y de potreros, preparación de terrenos para la siembra, elaboración de carbón, limpieza de caminos y cunetas, castrar colmenas y eliminación de plagas.

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También las acciones irresponsables de fumadores, transeúntes y cazadores y pescadores furtivos, así como las asociadas al tránsito de vehículos sin matachispas.

Las áreas críticas y de riesgo potencial de incendios forestales son los lugares en los que se puede ver más afectada la diversidad biológica por tales fenómenos, los que tienen una gran correspondencia con las áreas protegidas que representan aproximadamente entre el 10 y el 12% del territorio nacional.

Cuba posee actualmente un patrimonio forestal que supera los 4 millones de hectáreas de bosques y que está compuesto por más de 200 especies maderables, de las cuales 30 tienen significativa importancia económica y 15 una abundancia relativa.

Tiene 16 formaciones forestales que van desde el nivel del mar (manglar) hasta más de mil 700 metros sobre el nivel del mar (monte fresco), integradas en total por unas 600 especies maderables.

Algunas de ellas presentan ciertas semejanzas en cuanto a su comportamiento ante el fuego y se agrupan en cuatro clases de peligrosidad, de acuerdo con el grado de resistencia natural.

Más del 92% de los incendios forestales estallan en el periodo enero-mayo y son provocados, en su mayoría, por el ser humano, asociados fundamentalmente a las negligencias y su propagación se ve favorecida por las condiciones climáticas y meteorológicas reinantes, como los estados de sequía, elevadas temperaturas, baja humedad relativa y fuertes vientos .


El Cuerpo de Guardabosques de Cuba insistió en la necesidad de aumentar la percepción del riesgo sobre los fuegos en el país en su XXV campaña nacional de protección contra incendios forestales, de enero a mayo último, aunque continuaron las deflagraciones por la influencia del déficit en el acumulado de las lluvias, en un período de sequía que va de noviembre a abril.

Hasta hace muy poco hubo 362 en las provincias y en el municipio especial de la Isla de la Juventud que evidenciaron el llamado del CGC de extender su cruzada de este año, cuando su impacto dañó a más de tres mil 795 hectáreas, de acuerdo con estadísticas preliminares.

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