Veintiuna salvas de cañón: como fuerza telúrica por Cuba

Los actos que dan timbre y gloria a los pueblos heredan, por naturaleza épica, esa fuerza telúrica que es capaz de conmover, una y otra vez, a quienes se reconocen en ellos.

Por eso se estremece el cuerpo, y hasta el alma se asoma a los ojos cuando, en el caso de Cuba, el paso de un año a otro conjuga el resumen personal y familiar, con la reverencia franca al aniversario nuevo de la Revolución, la más completa obra del pueblo nuestro.

Son días en los que se repasa lo que hicimos como país, en conjunto, especialmente en este año, en que a la raíz humana, a la vocación social y a la defensa insobornable de la unidad, debemos la sobrevida.

En honor a la Revolución invicta tronarán, entonces, desde La Cabaña, en los primeros minutos de enero, las 21 salvas de cañón, esas que siempre sacuden el orgullo con un estruendo potente y acompasado que estremece el pecho de la nación.