De acuerdo con la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el alcance de la paz verdadera supone muchas más acciones que solo la deposición de las armas, entre ellas, la edificación de sociedades orientadas al desarrollo de sus miembros.
La página de esa entidad internacional refiere, asimismo, entre las iniciativas globales la conformación de escenarios donde las personas sean tratadas con igualdad, independientemente de su raza, y recuerda los incidentes de discriminación en las fronteras.
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó: “el racismo envenena las instituciones, estructuras sociales y la vida cotidiana. Resulta un factor clave de la desigualdad persistente. Desestabiliza las sociedades, socava las democracias, erosiona la legitimidad de los gobiernos (…)”
Cuba, junto a los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), es una de las signatarias de la proclama del área como zona de paz, que ratifica la responsabilidad con los valores consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional.
