especialista español en mano, extremidad superior pediátrica y microcirugía, doctor Francisco Soldado, está en Cuba

La Habana (Prensa Latina) El especialista español en mano, extremidad superior pediátrica y microcirugía, doctor Francisco Soldado, está en Cuba para intervenciones quirúrgicas a menores aquejados en parálisis braquial obstétrica, a partir de una amplia experiencia en esa dolencia.

Su objetivo es intercambiar conocimientos sobre esta afectación a la que está dedicada la Primera Jornada Quirúrgica Plexo Braquial -del 9 al 15 de abril en el hospital William Soler, de la capital cubana-, que incluye consultas de evaluación, intervenciones quirúrgicas y conferencias científicas sobre la microcirugía nerviosa infantil.

En declaraciones exclusivas a Prensa Latina, Soldado expresó su satisfacción de viajar a La Habana para compartir y adiestrar a especialistas en Ortopedia y Traumatología, con lo cual se abre un prometedor camino de colaboración, y “porque, además, a los españoles nos gusta mucho Cuba”.

Y agregó: “Feliz de estar aquí, ayuda mucho hablar el mismo idioma, tener culturas parecidas y compartir con profesionales entendidos y experimentados. Está claro que tienen amplias conocimientos y están haciendo cosas muy interesantes”.

Soldado explicó que la parálisis braquial obstétrica es un daño provocado en el parto, generalmente de macro fetos, durante el cual se estiran los nervios del brazo que nacen en el cuello, y esto provoca pérdida de movilidad, o sea, la parálisis del brazo al nacer.

La literatura médica la define como una lesión de los nervios periféricos, concretamente del plexo braquial, que consiste en la pérdida de movilidad o sensibilidad en el miembro superior (brazo, antebrazo o mano) de un recién nacido.

En relación con las causas, los libros mencionan a la distocia de hombros (dificultad en la salida espontánea de los hombros, que requiere de maniobras obstétricas adicionales para producir la expulsión fetal tras la salida de la cabeza) y los partos prolongados.

También incluyen las maniobras utilizadas para liberar los hombros en el transcurso del parto, los alumbramientos vaginales instrumentados en lo que se usan fórceps o espátulas, y la mala posición fetal.

A partir de las consultas de evaluación y clasificación junto con especialistas cubanos, el galeno señaló que la prevalencia en el país de estas parálisis, como en la mayoría de las naciones con similares técnicas obstétricas, es uno de cada mil recién nacidos, de los cuales un 30 por ciento necesita cirugía para mejorar la funcionalidad del miembro afectado.

En sus consideraciones aclaró que “en la mayoría de los casos el daño no es resultado de un mal manejo”, y de hecho reconoce el asunto como algo controvertido “porque uno no sabe si el bebé estaba en riesgo y había que salvarle la vida, o porque se hizo mal, en realidad hay que priorizar la vida del feto y si no lo sacas, muere”.

“Pero al final siempre hay padres dolidos porque el hijo que venía normal ahora tiene una parálisis, por eso es también una afectación psicológica”, puntualizó el prestigioso ortopédico.

MICROCIRUGÍA PARA DEVOLVER FUNCIONALIDAD

Al referirse a la efectividad de la microcirugía para restaurar el daño al nacer, Soldado explicó que el por ciento de recuperación depende del tipo de parálisis braquial obstétrica.

Si es parcial, se consigue que el miembro superior del pequeño sea funcional con cierto nivel de movimiento necesario para sus actividades físicas cotidianas, normalizarlo totalmente es imposible.

De ser más grave la parálisis, con el plexo lesionado la operación es paliativa, “pero es mejor operar que no hacerlo”, aseguró.

Durante su conversación aclaró que posterior a la microcirugía del nervio puede realizarse otra de los tendones para añadir movimiento. Sobre la validez de aplicar fisioterapia, precisó que permite mantener las articulaciones móviles y flácidas, pero no estimula la regeneración del nervio.

El doctor Soldado es traumatólogo y cirujano ortopédico, experto en el plexo braquial y en malformaciones, así como otras patologías de las extremidades superiores, tales como malformaciones, parálisis cerebral, secuelas de fracturas y artrogriposis.

Realizó su formación especializada en extremidad superior y microcirugía pediátrica en Filadelfia, Estados Unidos, y ha cursado numerosas formaciones internacionales en varios países.

A lo largo de su trayectoria profesional, sabe combinar la labor asistencial con la docencia en la Unidad de Anatomía Humana del Aparato Locomotor en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Entre sus logros destaca la publicación de más de 120 artículos internacionales relacionados con la práctica clínica, la investigación y la actividad docente.

Sus conocimientos y destreza le permiten asegurar que los resultados de la microcirugía son favorables en todos los casos, al tiempo que la caracterizó como un proceder que no depende de aspectos técnicos complicados ni “mucho aparataje”.

También significó que “se trata de una intervención quirúrgica de muy alta complejidad y riesgo porque se trabaja en una zona (cuello) donde hay arterias y nervios importantes que van al cerebro y a los brazos, y el pulmón más abajo, por eso hay que estar bien entrenado”.

Insistió en que es un proceder complejo aplicado por un grupo reducido de profesionales, tiene descritas varias técnicas propias y por tanto hasta el momento es de los pocos que las practican pero pueden extenderse, lo que en su opinión demora años para instaurarse, aunque le auguró muchas posibilidades y resultados satisfactorios.

En el caso de la jornada que se desarrolla en el hospital pediátrico William Soler, comentó que están previstas entre tres y cuatro cirugías diarias en el caso de nervios, y de tendones unas seis o siete por día por ser menos complicadas.

Soldado es también el líder de una fundación, que sin ánimo de lucro lleva a cabo misiones solidarias para cirugía general de las extremidades superiores del niño, en especial parálisis braquial obstétrica, y también malformaciones, parálisis cerebral y secuelas de fracturas.

Con ese objetivo realiza unas ocho visitas por año a Vietnam, Perú, Colombia y Marruecos, y a otros países que solicitan sus servicios quirúrgicos y para intercambio de conocimientos.

Este proceder es considerado muy costoso a nivel internacional por lo que es propio de países desarrollados, demanda de profesionales muy especializados y adiestrados, además por los tipos de instrumental, insumos y materiales que emplea.

Los especialistas cubanos en Ortopedia y Traumatología José Antonio Oruet, Dachel Cañizares y Eduardo Albisu coincidieron en que la presencia en Cuba del doctor Soldado es una gran oportunidad y un honor compartir con él, y por supuesto aprender, lo más importante.

Destacaron que su visita le dará un gran empuje a la cirugía primaria del plexo braquial en el país, una intervención que se rescata por tratarse de técnicas complejas que no cuentan con mucho personal capacitado, por lo cual es enorme el ímpetu por aprender y hacerlo bien.

Los tres subrayaron la modestia y accesibilidad del prestigioso médico español, con quien intercambian criterios de igual a igual, sin importar la abrumadora experiencia y conocimientos acumulados, un privilegio que deben aprovechar al máximo.