Decir madre es decir la rosa blanca
que Martí cultivó con franca mano
para darle a la luz calor humano
y viajar de la vida sobre el anca.
Decir madre es un vuelo que no manca,
—de gaviota en la línea del verano—;
corazón con impulso cotidiano,
latido que del pecho nadie arranca.
Decir madre es decir la voz sencilla
donde el alma se yergue y se arrodilla
sin faltarle al rigor que hay en su hondura.
Decir madre es el modo recurrente
con que el hijo reafirma lo que siente
y alza el más bello canto a la ternura.
(Poema Decir madre, de Juan Carlos García Guridi, poeta e investigador de Mayabeque)