Pedro Figueredo, Perucho - Himno Nacional

En la madrugada del 14 de agosto de 1867, en medio de los preparativos de la guerra por la independencia cubana, el revolucionario bayamés Pedro Figueredo, Perucho, compuso la melodía del que llegó a ser nuestro Himno Nacional.

Casi un año después, el 20 de octubre de 1868, a solo 10 días de  iniciada la Revolución, fue tomada la ciudad de Bayamo por las fuerzas insurrectas. Junto a Carlos Manuel de Céspedes y a otros nobles patriotas, se agolpaban las tropas insurrectas y la muchedumbre jubilosa en medio de la alegría y el bullicio.

A gritos los bayameses le pidieron a Figueredo terminara de escribir aquel himno que ya conocían; él sacó lápiz y papel de su bolsillo y cruzando una pierna sobre la montura de su caballo, escribió la letra que, copiada de mano en mano, a coro con la música, cantaron todos por primera vez.

El Himno Nacional es una canción gloriosa, que se respeta y se canta con orgullo, con el que recordamos y honramos la memoria de todos los hombres y mujeres que en su momento dieron luz a la tierra donde nacimos.

Se entona en los momentos solemnes, en los de gloria, en los de compromiso. No es una canción cualquiera; es una melodía nacida en horas de lucha.

En medio de las batallas alienta a los soldados y les da fuerza para continuar combatiendo, incluso a costa de su propia vida. En días de paz, da luz a la historia pasada.

Cada país tiene su himno, y los hombres y mujeres nacidos en él lo entonan con respeto porque les da fuerza y valor en la batalla.

El de Bayamo, que es el nuestro, nació en medio de las guerras por nuestra independencia, cuando era Cuba una tierra esclava. Cuando lo oímos o lo cantamos, somos como quienes lo cantaron por vez primera.

Con ese canto estamos poniendo por delante nuestro orgullo de ser cubanos, y la palabra Patria tiene un significado tan grande que solo puede compararse con Madre. Y es que ambas nos dieron el ser y el nombre.

Su esencia nos marca para siempre y, adonde vayamos, donde estemos, denota nuestra cubanía.

Por eso cantar nuestro Himno Nacional debe ser un acto respetuoso; porque desde sus acordes la Patria nos contempla orgullosa.