Moderna tecnología

El Antiguo Almacén del Tabaco y la Madera es uno de los sitios más llamativos de la rejuvenecida Alameda de Paula, en La Habana Vieja. Como resultado de una inversión de la Oficina del Historiador de la Ciudad, ese espacio, antes lleno de escombros y olvidado por el tiempo, se convirtió en un atractivo local, donde hoy es posible degustar desde cerveza artesanal hasta platos típicos de la comida cubana.

Allí, una moderna tecnología para la elaboración de la cerveza se combina con el ambiente acogedor, para crear un espacio que resulta atractivo y, sobre todo, no contaminante, ya que cuenta con una novedosa planta para el tratamiento a los residuos de los procesos industriales de la cervecera.

Estos desechos no van a parar al mar, sino que, desde hace varios meses, una nueva tecnología— llegada a Cuba como parte del proyecto “Más agua para todos”, financiado por la Unión Europea en conjunto con el Reino de los Países Bajos— permite verterlos a la Bahía de La Habana sin rastros de contaminación, una alternativa sostenible en un contexto donde, en el mundo, más del 80 por ciento de las aguas residuales llegan al medio ambiente sin tratamiento.

Apostar por estrategias que permitan el tratamiento y reúso de los residuales, conscientes de que su gestión adecuada es una vía sostenible de ahorrar el vital líquido, es parte de los objetivos de este proyecto, liderado por la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (CUJAE), el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) y el Instituto para la Educación del Agua (IHE Delft) con sede en Delft, Holanda.

“Esta propuesta está contemplada dentro del programa para enfrentar la sequía que afecta a Cuba. Toda el agua residual que se pueda tratar y posteriormente reusar, es agua dulce que podría utilizarse para el riego de jardines, el enfriamiento de sistemas de refrigeración, y la limpieza de calles y vehículos, por lo que repercutiría en un ahorro del preciado líquido”, explica Orestes González Díaz, profesor del Centro de Investigaciones Hidráulicas de la CUJAE y uno de los líderes de este proyecto.

Utilizar el agua de manera racional, así como explorar vías para su tratamiento y reúso son algunos de los mayores desafíos que afrontan los países en vías de desarrollo.  Cuba, que atraviesa por una severa sequía que afecta en mayor medida a las provincias centrales y orientales, tiene entre sus prioridades el ahorro y reciclaje del agua, por lo que este proyecto resulta una propuesta interesante

Desde la cervecera ubicada frente a la Bahía habanera, hoy es efectivo el tratamiento eficiente de residuales, sin embargo, aún esa agua no es utilizada con otros fines. En Cuba, el índice de aprovechamiento de los residuales todavía es bajo. Sitios pioneros en el uso de estas tecnologías, como los establecimientos hoteleros, aún no rebasan el 15 por ciento de reúso.


Biorreactor de membrana

Un primer paso en el proceso de tratar y reusar el agua residual es el hecho de contar con una tecnología eficiente. De acuerdo con el coordinador del proyecto y profesor asociado de tecnología de tratamiento de aguas residuales en IHE Delft, Carlos López Vázquez, la planta que hoy trata los residuos de la cervecería de la Bahía, conocida como Biorreactor de membrana (MBR), surgió en los años 80 y permite tratar los residuos líquidos y generar un agua de altísima calidad.

Frente a la Bahía de La Habana, López Vázquez nos muestra el principio de funcionamiento de esta tecnología. “La planta constituye una modificación de los sistemas actuales de lodos activados. Se tiene un tanque con las bacterias con oxígeno y estas van removiendo los contaminantes. Es un proceso que permite la extracción del agua a través de una membrana, dejando dentro del tanque las bacterias y obteniendo agua de una pureza tal, que podría reutilizarse de forma casi directa, pues se han encontrado concentraciones casi nulas de agentes patógenos”, argumenta, mientras enseña a Cubadebate el líquido resultante.

Donado a Cuba por la Unión Europea como parte del proyecto “Más agua para todos”, el biorreactor de membrana fue probado inicialmente en la Planta Hicacos de Varadero. Allí existe una planta para el tratamiento de residuales y la idea fue estudiar ambas tecnologías, para evaluar su eficiencia en la remoción de contaminantes.

El resultado del estudio, en el que participaron especialistas del INRH, mostró que, en cuestiones de operación, mantenimiento y costo, el MBR es una tecnología más costosa; pero tiene como ventaja que ofrece un agua que podría reutilizarse de manera directa.

El máster en ciencias Iván Fernández, de la empresa Aguas de La Habana del INRH, considera que esta tecnología tiene un impacto sobre las otras, porque produce un efluente de una calidad superior. “Es capaz de cumplir todas las normativas de reutilización de las aguas residuales, de ahí que toda el agua que trates la puedes reutilizar de forma directa, a diferencia de otro tipo de sistemas, que conllevan la implementación de otro tren tecnológico”.

“La Planta para tratamiento de residuales de Hicacos cuenta con un tratamiento adicional terciario que puede llegar a niveles similares a los del MBR; pero la diferencia está en que el biorreactor de membrana ocupa tres o cuatro veces menos área, lo que lo hace una opción más interesante para lugares donde el espacio es un factor a tener en cuenta, como pueden ser hoteles o algunas industrias”, destaca López Vázquez.

En torno al tema del área ocupada por estas tecnologías, sugiere López Vázquez: “El MBR no lo podemos utilizar en el sector rural, donde contamos con mucha área, pero tal vez con poca energía; sin embargo, tendría mayor potencial para ubicarse en el sector turístico, así como en zonas urbanas donde haya puntos de desarrollo esenciales como la Bahía de La Habana”.
 

El MBR trabaja con altas concentraciones de lodo

De acuerdo con los resultados del proyecto “Más agua para todos”, la implementación de una tecnología de este tipo en la totalidad de los hoteles del país permitiría ahorrar hasta el 20 por ciento del agua dulce consumida en el sector turístico de Cuba; mientras que, para ahorrar igual cantidad en el sector urbano, estas plantas deberían reutilizar al menos el 12 por ciento del volumen de agua residual generado actualmente.

Una de las mayores ventajas de los sistemas biorreactores de membrana tiene que ver precisamente con las posibilidades de reúso del agua generada.  “Estamos hablando de membranas que tienen un paso de 0,04 micra, lo que elimina todas las bacterias y muchos virus. Esta agua resultante, con una cloración de seguridad, podría usarse en el riego de jardines, limpieza de calles, autos, refrigeración, así como para los aires acondicionados, por lo que sería una solución viable para la industria cubana, ya que ahí podrían cerrarse los ciclos”, asegura el profesor Orestes González, quien añade que estos sistemas trabajan con concentraciones de lodo muy altas, por lo que podría ser empleado para el mejoramiento de los suelos, o como material de construcción.

Para expandir en Cuba las experiencias adquiridas en la utilización de esta tecnología, como parte del proyecto se han desarrollado tres talleres donde se han capacitado a más de 60 especialistas del INRH.

“Se habla ya de biorreactores de membrana en el ambiente de los proyectistas, y pensamos que es una tecnología a utilizar en lugares medioambientalmente sensibles del país”, considera González.

Para Virginie Coustet, encargada del programa de agricultura sostenible y seguridad alimentaria de la Unión Europea (UE) en Cuba, se trata de un proyecto que está en completa línea con las prioridades del país y que tiene gran importancia por su peso en la transferencia de nuevas tecnologías y la capacitación y formación de profesionales cubanos.

“El uso y el manejo optimizado del agua es una prioridad en Cuba, que padece de sequía. Tanto en la forma de utilizar el agua en los procesos industriales, como en la agricultura y el turismo se puede ahorrar mucho más, y la tecnología puede apoyar en esto. “Más agua para todos” es un paso exitoso, que esperamos pueda tener mucha sostenibilidad en el futuro para poder— con actores ya capacitados—, manejar este tema que es muy complejo y que pide mucha pericia”, asegura.
Nuevo hotel en Varadero podría utilizar MBR para tratamiento y reúso de sus residuales

Según adelantó a Cubadebate Antonio Hernández Martínez, director de Aguas de Varadero, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos valora introducir la tecnología MBR en un nuevo hotel que será construido en el popular polo turístico, con la finalidad de aprovechar las aguas residuales tratadas por el establecimiento, para un uso como las descargas de inodoros.

“Nosotros hoy reusamos en Varadero más de 400 mil metros cúbicos de agua, que no es mucho, pero si valoramos la cantidad de agua que brindamos al Polo y a las demás instituciones, es un paso de avance. El proyecto “Más agua para todos” ha demostrado que la operación del MBR es para nosotros importante y va a ser muy provechoso, no solo por la experiencia que tuvimos con el proyecto, sino por la aplicación que va a tener”, argumenta Hernández.

De acuerdo con este directivo, otro importante beneficio tendrá que ver con el área a ocupar por esta tecnología. “Hoy las plantas de residuales que tenemos en Varadero son de lodo activado, que llevan mucha área. Estamos hablando de terrenos de hasta mil metros cuadrados. Con una extensión del MBR en este polo turístico se posibilitaría que haya más espacio para construir hoteles y otras instalaciones importantes”, añade.

En un contexto en el que combinar el ahorro del preciado líquido con el cuidado al medio ambiente se torna una necesidad cada vez mayor, alternativas como la que hoy se implementan en el antiguo Almacén del Tabaco y la Madera, frente a la Bahía de La Habana, apuestan por un futuro en el que toda aquella agua que no hemos de beber, tampoco la dejemos correr.

Profesores de la Universidad Tecnológica de La Habana chequean la calidad del agua vertida