El arte del piropo

Desde que el “mundo es mundo”, las mujeres reciben los piropos, algunas con la recompensa de una sonrisa o de una mirada agradecida; otras, inmutables y hasta con evidente desagrado. ¿Qué marca la diferencia en tales reacciones? La edad, cultura, el país de origen, o las frases soeces en el requiebro.

El arte de los piropos nació en épocas remotas. Puede que los primeros solo se limitaran al sostén de una mirada, aunque la literatura recoge el romanticismo del “caballero” quitándose el sombrero con una reverencia al paso de una dama, y hasta tendiendo su capa sobre un charco para que ella cruzara.

Siglos por medio, sin lugar a dudas, todos estamos de acuerdo que ya no es para tanto.

Si buscamos la esencia del piropo, coincidiremos en que deviene metáfora bonita y espontánea, reacción verbal despertada en el hombre ante el paso de una mujer. Y tenemos que admitir, que surge también en el pensamiento de las féminas ante un personaje atractivo, aunque reprimidos por las normas de la ancestral formación.

Claro que el piropo no significa nada, se olvida a pocos pasos de haberlo recibido, pero se recuerda cuando lleva implícito el halago o una simpática ocurrencia.

Sin lugar a dudas, piropear es una de las tradiciones a las que no deberíamos renunciar por ninguna modernidad en el lenguaje o las comunicaciones. Pero debemos abolir con fuerza sus formas ofensivas, generalmente alusivas al sexo y que han contaminado esas expresiones.

El arte del piropo

Algunas culturas no lo reciben bien. La latina puede hacer un compendio de piropos románticos, humorísticos, audaces y hasta eróticos. Contrariamente, en otras latitudes constituye una agresión pública, y hasta pueden recurrirse a la policía.

Si buscáramos un símil de la delicadeza de un piropo pudiéramos pensar en la poética “brisa fresca en el rostro”. Frases que se reciben al pasar y no determinan una relación amorosa, ni el inicio de la amistad. Gesto de cortesía, de tributo a la gracia y belleza de la mujer, donde los cubanos han desbordado fantasía y creatividad, cuando reflejan cultura y admiración.

Y ¿qué significa realmente para la mujer? Si es presumida, halago. Si su autoestima es baja, aliento. Puede que, si son muy jóvenes, respondan. Pero, de lo que no caben dudas, es que la ausencia del piropo anuncia que ya… se empezó a envejecer.

El arte del piropo