Hoy es el Día Internacional del Jazz. Foto: Ariel Cecilio Lemus/ Granma/ Cubadebate.

“El jazz no es solo música; es una forma de vida, una forma de ser, una forma de pensar”.

Nina Simone

 

¡Silencio! Hoy todos los oídos se deleitarán, los instrumentistas harán su parte y el jazz llegará a cada rincón. No puede pasarse por alto la fecha. Hay que reverenciar a un género intrínseco en la cultura cubana, al igual que la música popular bailable. 

Hoy es el Día Internacional del Jazz y llega justo en el momento en que el mundo llora. Hace falta cultura, sentir y palpar el arte, vibrar con la música. Ese es el mejor remedio para toda enfermedad.  

El conocido guitarrista mexicano Carlos Santana dijo una vez que el rock es una piscina y el jazz todo un océano. Y es cierto, es ritmo y significado; un espacio más allá de lo físico para volcar y entrelazar ideas y sentimientos. 

Este 30 de abril hay que dar aplausos a los que toman un instrumento y ponen en él sus energías, a los que dan terapia con acordes y dibujan sueños en partituras. A los jazzistas cubanos, miles de gracias, cientos de afectos. 

Este género es libertad, no hay otra definición tan exacta. De cierto modo, según George Gershwin, la vida es como el jazz, es mejor cuando improvisas.

Michel Herrera: Con el jazz, le doy riendas a mi imaginación

 
Michel Herrera. Foto: Michel Herrera/ Instagram.

Michel Herrera es un crak en el saxo. De eso, no hay dudas. Toma en sus manos el instrumento de viento-madera y al mismo tiempo comienza la magia. Hay que dedicar tiempo a escuchar sus acordes, la limpieza en la interpretación y su entrega en el escenario. 

Tiene 36 años y ya es considerado una promesa en el latin jazz. Grandes de la escena cubana como Joaquín Betancourt y Roberto Fonseca cuentan con su compañía en los escenarios y estudios de grabación.

En estos días, toca desde su balcón el saxofón acompañando el aplauso de las nueve. Hoy, justo en el Día Internacional del Jazz, conversó en exclusiva con Cubadebate

¿Por qué elegiste la música? ¿Tienes antecedentes en la familia?

–En mi casa siempre se ha escuchado buena música. A mi abuelo le gustaba la rumba y mi mamá siempre ha sido una fanática del jazz. Desde pequeño escuchaba a Irakere, a Van Van, a Benny Moré, a Emiliano Salvador, a Chano Pozo y algunos grupos de rumba de la época. Fueron los antecedentes para escoger el camino de la música. Antes de mí no había artistas en mi familia. 

¿Por qué el saxofón? ¿Tocas otros instrumentos?

–El saxofón es el instrumento preferido de mi madre. Antes de eso, estudié piano básico por dos años y fagot en el Conservatorio Amadeo Roldán en nivel medio, junto con el saxo.  

Toco todos los saxofones y compongo en el piano, que es el instrumento armónico en el que he desarrollado mi música.  

A pesar de ser joven, tienes prestigio dentro del panorama sonoro cubano. ¿A qué puede deberse el éxito de Michel Herrera?

–Contar con el apoyo de otros colegas del medio, se debe justamente a la constancia y al esfuerzo, a tratar siempre de dar lo mejor de mí en cada cosa que hago. 

“Además, influye la disciplina que exige la investigación para cada proyecto y sobre todo, estar constantemente trabajando para todas las personas que te siguen y les gusta tu música. Creo que esa es la razón de ser de cada artista”.

¿Has tenido dificultades para salir adelante siendo instrumentista?

–En Cuba es complicado destacar dentro de los instrumentistas. Primero, porque tenemos una gran escuela dentro de la enseñanza artística, donde los programas son bien difíciles de vencer y requieren horas de estudio y de esfuerzo. 

“En mi caso, ha sido trabajoso. Justamente me he destacado por los arreglos, las interpretaciones y por buscar un sello propio que me distinga del resto de los instrumentistas, y es alto el nivel de investigación y de estudio que requiere destacarse dentro de la panorámica actual de Cuba”.

¿Qué prefieres, el jazz o la música popular bailable?

–El camino que escogí, luego de varios años de estudio, fue el jazz. Es mi manera de expresarme a través del instrumento y lo que me ha dado una sonoridad propia. 

“No lo niego, ha requerido un grado de investigación profundo, para desarrollarme dentro del género y específicamente dentro del jazz cubano, que es bien prolífico, para encontrar un espacio y un sonido propio.  

“He compartido con casi todas las orquestas de música popular bailable mediante grabaciones y en escenarios. Realmente, me ha aportado en cuanto a la interacción con el grupo y en brindar energías positivas al público. Creo que esa conexión está en todos los géneros, tanto en la música bailable como en el jazz. 

“La música popular bailable me enseñó también cómo dirigir a un grupo de músicos, porque en los formatos bailables son más grandes regularmente que en el jazz. Además, cómo escribir música para un formato como este me ha aportado mucho a mi carrera.  

“En general, me gusta expresarme a través de la música cubana, aunque el jazz es mi manera de llegar all público”. 

Existe un grupo de virtuosos instrumentistas, en el que te incluyes, que defiende el jazz cubano. Háblame de las características de este jazz, reconocido internacionalmente. 

–El jazz cubano siempre ha estado presente en el mundo. Hemos tenido músicos como Chucho Valdés, Emiliano Salvador, Lilí Martínez, Chano Pozo, Mario Bauzá, que han exportado el jazz cubano. 

“Se diferencia por sus ritmos, por la manera en que armónicamente hacemos nuestras composiciones. Chucho, Paquito D' Rivera, Arturo Sandoval, por nombrar ejemplos, son cubanos reconocidos internacionalmente, son paradigmas del jazz mundial. Creo que de eso se trata, de defender un sonido propio que en ningún otro lugar del mundo se puede hacer igual. 

“En mi caso, he tenido la oportunidad de participar en varios festivales internacionales y cada vez me he dado cuenta del alcance que tiene el jazz cubano en el mundo. Se diferencia por el uso de ritmos autóctonos como el changüí, la conga, la rumba, géneros que están presentes dentro del latin jazz para dar lugar a la preferencia mundial. Cada día más, las jóvenes generaciones lo asumen con entrega y con un sonido propio”. 

¿Qué es lo que más disfrutas del jazz?

–La vinculación con todos los géneros y estilos del mundo: jazz, pop, rumba, música clásica... Me ha permitido mostrar una perspectiva propia de lo que es este tipo de música y, por supuesto, darle riendas a mi imaginación y a la libertad de expresión a la hora de hacer música. 

¿Cuáles son tus proyectos más cercanos?

–Quiero seguir colaborando con todas las personas que están haciendo cosas lindas y nobles en estos momentos. Seguir haciendo música y aprovechar el tiempo para nuevas composiciones y para investigar. Tener un sonido fresco que inspire a la gente que me escucha.

“En cuanto se acabe esta etapa de la pandemia, retomar mis compromisos internacionales y nacionales, y seguir colaborando con músicos como Roberto Fonseca.

“Además, seguir trabajando en un disco sinfónico desde el jazz, que estoy pensando hace rato junto al maestro Joaquín Betancourt, productor musical de mis dos primeros sencillos”.  

¿Qué no has hecho aún en un escenario?

–Nunca he cantado en un escenario. Es algo que debo hacer, aunque no sé si será en un momento cercano.  

¿Por qué el jazz es parte imprescindible de la cultura cubana?

–El jazz viene desde generaciones anteriores. Aunque no hemos tenido oficialmente una cátedra de este género hasta este momento, históricamente ha formado parte de la música cubana.

“La improvisación, la investigación y la capacidad de ser cada cual uno mismo desde la música cubana también viene del jazz. Todos nuestros exponentes más fuertes de la música han estado vinculados con el jazz. Por ejemplo, Benny Moré tenía una jazz band. 

“La música actual, toda, está permeada por la influencia del jazz. No se puede separar este fenómeno de la cultura cubana actual”. 

 

 

En video, Michel Herrera toca el saxofón en el Día Internacional del Jazz

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