Semillas / Foto: Archivo ACN

Uno de los principales insumos que favorece el aumento de los rendimientos de las producciones son las semillas de calidad, es por ello que Cuba trabaja para disponer del ciento por ciento de las semillas certificadas que demanden los cultivos agrícolas y forestales.

Rolando Quincoses Arteaga, director de Semillas y Recursos Fitogenéticos del Ministerio de la Agricultura (Minag), explicó al diario Granma que además se busca lograr el ciento por ciento de la inspección y certificación de las áreas destinadas a la producción de semillas botánicas, agámicas (viandas) y biotecnológicas.

La producción de semillas abarca un área nacional más de 46 mil hectáreas, que representa el 1,45 por ciento de la tierra agrícola cultivable, de las cuales se destinan para cultivos varios más de seis mil.

El arroz ocupa seis mil 818,2; los pastos y forrajes mil 409,66; destinadas al sector forestal están más de mil; mientras que el café, el cacao y el tabaco ocupan 287,8, y los cítricos 41,49, informó el directivo.

La certificación de semillas de calidad se ve más favorecida en cultivos como el arroz, el tabaco, el café y el cacao, estos dos últimos con el 90 por ciento de las semillas certificadas para la siembra comercial.

No obstante, alegó también que existen especies en las que se trabaja fuertemente para recuperar el terreno perdido en los últimos años, como son los casos de las viandas, los pastos y forrajes, y las plantas proteicas.

Aunque los resultados son insuficientes para dar respuesta a la demanda de semillas con calidad que presenta el país, se aprecian avances significativos en la categoría genética de estas, destacó.

Desde el Minag se perfecciona un sistema que articula, desde la semilla original y básica, producida en los institutos de investigaciones y las universidades, hasta la obtenida por los productores seleccionados.

El ciclo de obtención y categorización de las semillas comienza con la conservación, mantenimiento y mejoramiento de los recursos fitogenéticos, aquellos institutos de investigaciones y universidades que obtienen la semilla original, realizan el trabajo de extensión en diferentes condiciones edafoclimáticas y evalúan el nuevo producto en el Registro Público de Variedades Comerciales, explicó.

Cuba cuenta con hoy con una Política de Semillas y Recursos Fitogenéticos que le permite el rescate y protección del material genético, así como las especies vegetales protegidas en ambientes naturales.

Para ello se desarrollan programas de fitomejoramiento para la obtención de variedades e híbridos adaptados a los impactos actuales y futuros del cambio climático, con énfasis en pastos y forrajes, maíz, café, frijol, papa, forestales, tomate, pimiento, lechuga y frutales, así como lograr un potencial productivo de 32 millones de vitroplantas por año.

Además, se proyecta para 2030 conservar en ambientes naturales el 90 por ciento de las especies vegetales útiles para la alimentación y la agricultura, y el ciento por ciento del material genético caracterizado en bancos de germoplasmas.