Falta de aire o disnea

La falta de aire se conoce como disnea. La persona afectada percibe conscientemente la incómoda sensación de no poder inhalar el suficiente aire que necesitan sus pulmones y puede ser la manifestación de una, a veces, seria enfermedad. En ocasiones la falta de aire empeora cuando aumenta la actividad física o el enfermo se acuesta en posición horizontal. La disnea puede acompañarse de otras manifestaciones clínicas como puede ser tos o fiebre. Una advertencia para quien presenta una súbita disnea, muy intensa, o se acompañe de dolor en el pecho. Estos casos de inmediato deben acudir a un cuerpo de guardia.

Sus signos

Cuando una persona tiene disnea, siente que no puede recuperar el aliento y no puede ingresar suficiente aire en sus pulmones o respirar con su habitual profundidad. También puede percibir una opresión o dolor en el pecho.

Sus causas

La disnea puede presentarse por muchas causas. Entre ellas el asma u otras enfermedades pulmonares, incluido el enfisema pulmonar cuya principal causa es el tabaquismo, la insuficiencia cardiaca, alergias o simplemente ataques de pánico, etc.

Hablando de la falta de aire o disnea

Su diagnóstico

Se realiza a través de un médico especializado. Se le realizarán determinadas preguntas y un examen físico, la realización de una radiografía de tórax, un electrocardiograma, o medir la fuerza de la respiración con una prueba llamada espirometría utilizando un equipo llamado espirómetro, además de análisis para determinar el nivel de oxígeno en la sangre. En caso de necesidad se puede indicar una tomografía computarizada.

Su prevención

La disnea se evita tratando la causa que la provoca. Si la disnea es causada por la adicción al tabaquismo, dejar de hacerlo puede ayudar a obtener una gran mejoría. El médico de asistencia puede indicar determinados medicamentos, un programa de ejercicios, técnicas de respiración o una combinación de estos. Y en algunos casos más severos, puede orientar a que el paciente reciba oxígeno suplementario. En algunos casos no se elimina del todo pero puede obtenerse un gran alivio. Casi siempre aterrador y angustiante sufrir de disnea con frecuencia y más aún durante las horas de sueño interrumpido cuando necesita estar despierto para poder inhalar más aire. Pero puede ser menos aterrador si aprende a controlarlo asistiendo disciplinadamente a la consulta médica.

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