Moda en Cuba

Años atrás, quizás hablar de un movimiento de la moda en Cuba a muchos les parecía una exageración o cosa de unos pocos. Si hoy hablamos del tema, habrá varios, seguramente, que mencionen a Shein o Forever 21. “La moda en Cuba no existe”, “uno se viste con lo que aparece”, son frases bastantes usuales y no menos ciertas. Pero también es cierto que en los últimos tiempos parecen emerger y probar suerte, con mucha más frecuencia, nuevos emprendimientos que crean pautas y sientan precedentes en este campo. 

Olvídate de los tacones altos y opta por utilizar zapatos planos, sandalias o unas bailarinas cómodas”, recomienda un sitio de viajes sobre la ropa cubana que debes usar si visitas la Isla. Claro que “es diferente a la que se tendría que usar en una ciudad como Nueva York”, pero no exageren, que independientemente del clima, las mujeres cubanas se visten para todas las ocasiones.

Tampoco es la historia que le venden al extranjero: “¿A Cuba? A Cuba vamos en guayabera, dicen los incrédulos, hablando de una prenda icónica que surgió en el siglo XVIII en la provincia de Sancti Spíritus. Ciertamente la moda en Cuba hasta el momento no se ha desarrollado a plenitud, y aunque algunos estudiosos consideren que en el país prevalece la forma de vestir europea, nosotros creemos que aquí hay de todos los continentes. 

Hay que decir, además, que el mercado del diseño de moda en Cuba se encuentra poco explotado, por lo que es relativamente sencillo posicionarse dentro de él, siempre y cuando se ofrezca al consumidor un producto y una atención de calidad, que satisfaga sus gustos y sea asequible al bolsillo. La complejidad radica fundamentalmente en la adquisición de la materia prima, la cual escasea y, en ocasiones, la existente no tiene la calidad requerida para cumplir con los estándares del mercado.

Una alternativa para hacer frente a todo esto fue la propuesta que realizó la marca cubana Clandestina en Espacios Creativos hace poco más de un mes con el concepto de “Calentamiento Global”, espacio que acercó a los diseñadores, estudiantes de diseño y al gran público al mundo de la moda y el diseño sustentable.

 

La premisa fue la colaboración y búsqueda de nuevas formas de coexistir y competir en entornos creativos inclusivos y colaborativos, como una manera de sobrevivir a la crisis y crear un sector más estable y duradero, por medio de la moda sustentable y ética, el reciclaje, la producción de materiales orgánicos alternativos y el consumidor consciente.

Sin lugar a dudas, los emprendedores cubanos han impulsado proyectos que defienden una estética de la moda cubana bastante funcional y acertada, y que, ¿quién sabe?, quizás puedan contribuir a que en un futuro se hable de una industria. Para explorar este mundo, Cubadebate contactó a cuatro marcas, relativamente nuevas, pero que desarrollan un trabajo coherente con las tendencias y las demandas del mercado.  

Moda Afro, no religiosa

Foto: Cortesía de BarbarA´s

Cuatros años antes de que BarbarA´s se oficializara como marca, en 2012, presentaron su primera pasarela en la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, “de moda Afro, no religiosa”, precisa su fundadora, Deyni Terry Abreu.

Sin embargo, en el 2014, luego de fallecer Bárbara, “la matriarca de la familia, quien desde un empirismo casi transgresor, trabajaba diseño y confeccionaba no solo los vestuarios de sus hijas, hijos y nietos, sino los de algún vecino o amigo de la familia” -añade-,  fue el impulso para terminar de definir algo que ya venían estudiando. El 16 de junio del 2016 salió a la luz este proyecto de negocio.

“Nos define el poder usar la moda como excusa para reivindicar una arista cultural que en Cuba ha sido soslayada, invisibilizada, y, hasta ese momento, no abordada desde el vestir, sino más bien en el campo religioso, y por ello, logramos asirnos a la creación y la creatividad, y desde un estilo de vida responsable, comenzar a hacer”, describe su propia fundadora. 

Dice Terry Abreu que BarbarA´s vende saberes junto a las ropas y nosotros le creemos. “La inserción de proyectos comunitarios y de desarrollo local que han sido destinados a mejorar la calidad de vida de personas que, en principio, han sido atendidas desde nuestra experiencia y que nos han enseñado también a crecer. 

“Nos distingue ser hasta hoy, en tanto se pruebe lo contrario, el único negocio en Cuba que se ha mantenido con ventas a plazos y ello no ha provocado un colapso en nuestra economía, el tener un té, con un secreto natural, derivado de Bárbara, que las personas degustan mientras adivinan de manera amable y casi familiar, dónde está la magia, y sobre todo que somos la única marca que ha insertado en su producto un concepto legal haciéndolo tangible y es el Derecho a la Imagen; que se materializa desde el momento en que el cliente selecciona la propia imagen que desea tener, hasta que con nuestra asesoría, se involucra de manera indirecta en el proceso de creación”, escribe vía WhatsApp. 

Innatus, un emprendimiento familiar

Foto: Cortesía de Innatus

Aunque llevaba dos años pensándose una marca que vinculara su profesión con el legado familiar, fue en pleno confinamiento que Daylene Hernández creó Innatus. Fundada oficialmente el 2 de junio de 2020, la que es hoy una de las marcas de ropa más reconocidas en redes sociales, nació para que “las mujeres cubanas se sintieran identificadas con ella y supliera la escasez de prendas de calidad a precios asequibles que aún hoy existe en el país. 

Innatus es un emprendimiento familiar. Según la jefa ejecutiva y diseñadora de la marca, “el equipo lo conformamos mi abuela, quien se encarga de los procesos de corte; mi madre, que se encarga de la confección de las prendas; y yo, que estoy a cargo del diseño de las prendas, la dirección creativa de la marca y las ventas. Además, colaboramos con otros emprendedores locales para la terminación de algunas prendas, la entrega de los pedidos y la gestión de las redes sociales”.

Innatus, que ha sido una marca que se ha distinguido por trabajar con tallas grandes y producir prendas que respondan a nuestra identidad, tiene como estrategia de trabajo mantenerse en constante renovación. “El cambio es un deseo nuestro como marca”. 

Los sueños son para perseguirlos

Foto: Cortesía de Fresko

Para Fresko no existe un estereotipo de cliente y tampoco les gustaría enmarcarse en uno. “Cuando son cubanos dicen: `miraaa`, cuando no lo son dicen: `wow`. Eso queremos, llegar a todos y de esta forma culturizar al que se siente atraído y no sabe y homenajear a nuestra idiosincrasia”.

Mariela Hurtado, diseñadora de la marca, explica que Fresko tiene una esencia nostálgica, desde su gráfica hasta los tejidos en los que se inspira para conformar sus piezas. 

“Cada creación tiene algo que contar, desde una frase hasta un objeto. Aunque se nos puede enmarcar en una época o una generación que frisa los 40 o 50 años de edad, Fresko trabaja la nostalgia dándole color, movimiento y vida a cada pieza inspirada en una época y en la idiosincrasia del cubano. Incorporamos lo estético, contemporáneo, original y atrevido, que hace que cualquier persona quede atraída aún sin haber nacido en la Isla y en algunos casos no saber de qué va el cuento”. En una frase, “Fresko es atreverse a andar diferente”. 

Por su parte, para  Color Café Habana también se ha tratado de cumplir sueños. Su punto distintivo serían los diseños atemporales, escotes atrevidos y tejidos tropicales. Según cuenta, Loypa Izaguirre, creadora y diseñadora de marca, esta surge desde el 2018 y en el 2019 es que lanzan su primera colección. 

¿Cómo vender y posicionar una marca en Cuba?

Foto: Cortesía de BarbarA´s

Lo primero sería buscar un concepto. Innatus, por ejemplo, defiende el empoderamiento de la mujer y la sororidad.  

“El mercado del diseño de moda en Cuba se encuentra poco explotado en la actualidad, por lo cual es relativamente sencillo posicionarse dentro de él, siempre y cuando se ofrezca al consumidor un producto y una atención de calidad, que satisfaga sus gustos y sea asequible al bolsillo”, opina su CEO, Daylene Hernández.

¿Dónde radica la complejidad? “Fundamentalmente en la adquisición de la materia prima, la cual escasea y, en ocasiones, la existente no tiene la calidad requerida para cumplir con los estándares del mercado”.

“Cada emprendimiento se encuentra en un punto distinto atendiendo a su tiempo de creado, las capacidades y experiencia de sus creadores, la facilidad con la que puedan adquirir los insumos para desarrollarse, entre otros factores que determinan que el ritmo de crecimiento de cada uno sea diferente”.

Por su parte, el criterio de Deyni Terry Abreu, desde BarbarA´s  es que para posicionar la marca se requiere de perseverancia, creatividad y pujanza: “no basta con hacer algo bien, se requiere de un esfuerzo extremadamente grande, a veces resulta agotador”.  

“Tenemos muy arraigada la cultura importada, se han seguido patrones de artistas internacionales, de revistas devenidas de otros territorios, el deseo de las personas del sueño americano, patrones de total consumo, la idea de lo europeo como referente. Todo ello, unido a la falta de recursos, la desmotivación de las personas, el desconocimiento que confunde lo fashion con lo folclórico, el racismo que, en nuestro caso, ha sido un elemento que algunas personas han tenido en cuenta cuando expresan erradamente que BarbarA`s es una tienda de negros, la competencia desleal, el favoritismo gubernamental en algunos casos, las deficientes herramientas legales para proteger una marca, aun cuando la inscribas en la OCPI, en fin, confluyen varios elementos”, añade. 

“Siempre es un reto y no es fácil pero una vez que logras convencer a tus clientes de usar tu marca y que confíen en ti, tienes el camino más labrado”, comenta la creadora de Color Café. 

¿Cuánto “cuesta” la moda?

Foto: Cortesía de Color Café

Hernández coincide. “Las prendas de diseñador son percibidas como sumamente costosas por el público, y en la mayoría de los casos así es”. Todo el mundo no se puede comprar ropa de diseñador y aunque son varios los emprendimientos que producen con frescura y cubanía, la mayoría son vistos como inaccesibles para el público medio. 

Esto ha contribuido a que exista una connotación negativa alrededor de la confección textil artesanal en nuestro país. Para la dueña de Innatus esto se debe también “a las malas experiencias que durante años ha tenido el público cubano con artesanos que ofrecen sus productos, aún sin tener los recursos necesarios para imprimirles la calidad que necesitan”.

No obstante -asegura- las marcas de moda que han emergido en los últimos años han ido, poco a poco, desmantelando esos estereotipos, logrando devolver el prestigio a la moda nacional. 

Trabas no, soluciones

Foto: Cortesía de Fresko

Si hablamos de trabas y burocracia, la dueña de Innatus considera que la principal complicación actualmente radica en la adquisición de la materia prima. “La gestión se realiza a través de empresas importadoras que exigen una cantidad mínima de inversión que en ocasiones sobrepasa los volúmenes de producción que como emprendimiento podemos abarcar”.

Aunque reconoce que se está viviendo un proceso de cambio para facilitar la adquisición de materiales e insumos a los cuentapropistas y mipymes, dice que “aún queda mucho por hacer en aras de acelerar estos procesos. Sería ideal contar con un mayor número de tiendas minoristas y mayoristas en territorio nacional para la adquisición de estos productos y que estas se encuentren mejor abastecidas”.

La diseñadora de Fresko, Mariela Hurtado, coincide en que el principal problema para cualquier creador en Cuba en estos momentos radica en la adquisición de materia prima. “Muy bien nos vendría poder tener mecanismos de importación menos complejos y comercializar fácilmente en cadenas nacionales”. 

“Las materias primas se dificultan mucho, la maquinaria también y la renta de espacio para poder montar, ya sea una tienda o taller. No todos tienen para comprar un lugar”, recalca Loypa Izaguirre. 

Por su parte, la fundadora de BarbarA´s, considera que “en Cuba, uno de los problemas es usar el término burocracia como algo simple. Por ejemplo, hace más de seis meses entregamos el proyecto de desarrollo local al gobierno y no se han pronunciado, ni siquiera para decir qué ha propiciado la demora en emitir resolución o denegar la pretensión”. 

Para esta mujer emprendedora llevar adelante un negocio privado no es un lujo, “implica morir a veces y revivir como el ave Fénix. Ya es tiempo de que se vea realmente el emprendimiento, asociado al desarrollo económico. Por más que se critica, la burocracia sigue siendo un viejo vestigio que mutila el cuentapropismo”. 

El reto de ser sustentable

Foto: Cortesía de Innatus

Seguiendo con el criterio de Deyni Terry Abreu, quien, como otros negocios sufre el alto costo del mercado informal y el acceso a oportunidades para exponer, la cual “sigue siendo un -monopolio- de quienes desde la toma de decisiones, priorizan no la calidad sino la amistad o el lucro”, se hace necesario poder acceder a lugares para la obtención de la materia prima y los materiales. 

De hecho, considera que la moda en Cuba está en franco deterioro, “pues aun cuando sea cíclica y las cosas van y vienen, lo real es que la motivación, la economía, e incluso el respeto de unas con otros y viceversa, también conspira con este elemento”.

“Alcanzar una rentabilidad sostenida o sustentable es un reto. Aunque, siendo la necesidad económica lo que ha impulsado algunas ideas, esto hace que peligre la vida del emprendimiento, desde la moda. Por otro lado, el conocimiento del clima, del contexto cubano, y los clientes potenciales, favorece notablemente el proceso de crecimiento de las marcas”. 

Loypa ofrece una visión más positiva del fenómeno: “Creo que todos estamos intentando posicionarnos y haciendo lo mejor que podemos por rescatar la moda en Cuba”.  

La diseñadora de Fresko, Mariela Hurtado, destaca que resulta muy valioso cada cosa que hace un diseñador cubano, “aportar al diseño local y a cualquier proceso artístico de tu país te hace bien a ti y a los tuyos. El diseño estuvo escondido, ahora que puede salir a la luz en cualquiera de sus manifestaciones nos hace realmente muy afortunados”.

Públicos y redes sociales: los “críticos” de todo

Foto: Cortesía de Fresko

En redes sociales de todo se habla, y de moda, muchísimo más. Es por esta y otras razones que estos negocios definen claramente un espacio en las distintas platafomas digitales. 

“Las redes sociales pueden constituir una herramienta de apoyo a las promociones de los productos y también las empleamos como vía para llevar un aprendizaje, con mensajes específicos, que buscan movilizar la conciencia y crear un estilo de vida en las personas que acceden en busca de información sobre la marca”, cuentan desde BarbarA´s. 

Si ampliamos más el público, ya fuera de redes sociales, ella misma responde: “Hay una parte importante que comienza a prestar atención a la moda cubana. Que se inquieta, participa, acude a obtenerla y hasta se inician desde la exploración para profundizar sus conocimientos respecto a esta.

“Como dije antes, no deja de ser un desafío, ya que tratamos de romper el molde y establecer nuevos derroteros dentro de una moda responsable, que no se acomode a lo cíclico como un elemento inherente, sino que pueda tener una economía circular que aporte al desarrollo local, y para ello, se necesita de un público que entienda bien el concepto”, asume.

Por su lado, Loypa, nos dice: “Hay que tomárselo en serio. Muchas marcas no le dan importancia a las redes sociales, pero es un mercado que hoy en día abarca mucho. Si pones tu sello, el público terminará por aceptarte y reconocerte”.

Hace algún tiempo el diseñador cubano Mario Freixas afirmaba que no hay una moda cubana, sino una forma de hacer la moda desde nuestra visión. “Un país, para establecer una moda, necesita una industria que fabrique diseños a nivel nacional”. Y sí, desde 2015 tenemos la Semana de la Moda en La Habana, y en otras provincias, y ya puede hablarse de tiendas de moda cubana con diseños propios, pero el camino por recorrer todavía es bien largo. 

Foto: Cortesía de BarbarA´s

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