Paisajes cubanos

La Habana, (Prensa Latina) Los viajeros que llegan a Cuba persiguen con mucha fuerza los paisajes y tener unas vacaciones activas, dentro de las cuales las montañas y serranías ocupan un espacio relevante.

El turismo de naturaleza y aventuras acapara la mirada de mucha gente en el mundo, y aunque Cuba no tiene montañas muy altas, sus entornos representan espacios bien conservados.

De ahí que esos paisajes de montaña deparen un puro y digno camino para disfrutar de elevaciones con senderos y variadas propuestas, como es el caso de la fotografía de naturaleza o la observación de aves.

Paisajes cubanos

Sobre el particular es bueno tener en cuenta que existen algunos grupos serranos en Cuba como la Sierra del Rosario, el Escambray o la Sierra Maestra, distribuidos por todo el país y con enlace indiscutible con el turismo de aventuras y naturaleza.

Si bien es cierto que estos paisajes no llevan una verdadera explotación recreativa, como lo admitirían, también lo es que las autoridades del turismo y la ciencias en Cuba tienen un control sobre este tipo de actividades y de tal suerte protegen esos espacios.

Paisajes cubanos

Mencionemos algunos ejemplos, como es el caso del Yunque de Baracoa -perteneciente a la provincia de Guantánamo-, que lidera una serie de escenarios de la región oriental como la Boca de Yumurí en el Parque Nacional de Humboldt, playa Duaba, río Toa y El Saltadero. Sitios sumamente pintorescos, increíbles.

Otro lugar significativo es la Gran Piedra. Ubicada en la oriental Santiago de Cuba, constituye uno de los sitios más llamativos, sobre todo para aquellos viajeros que tienen buenas piernas para subir a ese lugar de la Sierra Maestra y de su conjunto montañoso.

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Constituye esa roca un escenario de 70 mil toneladas a mil 225 metros de altura, considerada la tercera más grande del mundo de su tipo, según el libro Guinness de los récords. Pero lo más impresionante es el paisaje que se puede apreciar desde su mirador.

Paisajes cubanos
Pero hay que hacer un aparte para la Sierra Maestra y sus lugares de acampada y de ascenso.

Paisaje cubano

En la Sierra Maestra, los montañistas que buscan aventuras durante su visita a Cuba encuentran un escenario perfecto para probar suerte y fuerzas, mientras contemplan un paisaje natural muy bien conservado, camino al pico Turquino.

Esa elevación, el Real del Turquino, constituye el punto más alto de este archipiélago con mil 974 metros sobre el nivel del mar, pero los alrededores impactan al viajero por su naturaleza, y las tradiciones de los arrieros y campesinos de la zona.

Precisamente existe entre montañas un punto de descanso conocido como la Aguada de Joaquín, con muchas anécdotas de cara a los caminantes en sus ascensos, pero también tiene un derredor cargado de historia.

Manuel Torres es un campesino de la zona con 49 años de edad y la responsabilidad de esa finca, entre otras áreas muy distantes, unas de otras, pertenecientes al intrincado municipio Bartolomé Masó, de la oriental provincia cubana de Granma.

Y la Aguada propiamente es lo que su nombre indica, una especie de oasis en un lugar donde escasea el agua, mientras en esa finca se puede disfrutar del líquido proveniente de un manantial.

También está la Silla de Gibara, ubicada a 35 kilómetros al norte de Holguín, con un paisaje peculiar, parecido a un asiento de montar a caballo. Esa es una ciudad sumamente atractiva, una de las más importantes para el turismo cubano, con excelentes playas cercanas como Guardalavaca.

Otro paisaje impresionante es el Escambray. Esta sierra del centro del país también está entre los atractivos de los montañeros. Sobresale Topes de Collantes, un lugar perfecto para los tratamientos médicos, sobre todo de problemas respiratorios.

De hecho existe allí un sanatorio y un complejo hotelero con buenas facilidades. Y si de caminar se trata, el recorrido entre la vegetación lleva al Salto de Caburní, a donde se llega exhausto pero con una sonrisa debido a la belleza del lugar.

Hablemos además del valle de Yumurí. Esta es una de las menores elevaciones, en la zona occidental, perteneciente a la provincia de Matanzas, donde se encuentra el más importante balneario de Cuba, Varadero.

Desde un promontorio del valle de Yumurí, se aprecia una vista maravillosa en el recorrido que pasa por el puente de Bacunayagua, obligado en el viaje a Matanzas y Varadero.

Asimismo se distinguen las Escaleras de Jaruco, parque de recreo que tuvo su auge en los años 80 del pasado siglo para los cubanos, y ahora tiene una segunda oportunidad, y aunque aún no es muy visitado por los viajeros foráneos, el paisaje es maravilloso.

Se trata de un complejo turístico en la región sureste de La Habana con varias instalaciones y una altura de aproximadamente 300 metros, con miradores y la cercanía de playas como Santa María del Mar y Guanabo, a unos 20 minutos en coche desde la capital cubana.

Los expertos además mencionan a Soroa, lugar bautizado en su momento como El Arcoíris de Cuba, paisaje privilegiado con varios lugares que pueden servir de apoyo a los paseos de montaña.

Son los casos del Orquideario, el centro recreativo, el Mirador, y una mansión nombrada El Castillo de las Nubes, que como su nombre lo indica es todo un sueño de la arquitectura y el paisaje, de cara a la Reserva Sierra del Rosario.

Por demás está el Pan de Guajaibón, que con 692 metros de altura es la más alta cima del occidente de Cuba, mogote, cuevas, reducto de aborígenes, paisaje, meta de caminantes, todo ello en un lugar muy mencionado.

Y también atrae el valle de Viñales, uno de los lugares más visitados en estos momentos por los extranjeros, sitio de variedad, paisaje y una gastronomía muy tradicional y popular que los visitantes admiran.

Zona de mogotes, de vegas de tabaco, de contacto directo del caminante con el campesino, de varios senderos interpretativos del paisaje, de tres hoteles sumamente demandados, como el de Los Jazmines, con ranchos, territorio con predominio de la naturaleza.

Mucho más se pudiera contar de las zonas montañosas cubanas que atrapan la atención de muchas personas en plan de vacaciones llegadas desde todos los continentes.